Coche del día: Renault Clio 1.5 dCi 100 CV

Coche del día: Renault Clio 1.5 dCi 100 CV

Una de las versiones más interesantes de la tercera generación del utilitario francés


Tiempo de lectura: 3 min.

El Renault Clio 1.5 dCi con 100 CV apareció para batallar en uno de los segmentos más competidos a comienzos del Siglo XXI. Allá por 2004, los utilitarios eran uno de las parcelas de mercado con más peso en las ventas y los motores turbodiésel eran obligatorios si se quería tener un buen registro a finales de año. Todos los fabricantes tenían utilitario con propulsor diésel, y el Renault Clio, dada la importancia en la gama del fabricante francés, no podía pasar por alto dicha tecnología.

Desde que estalló el famoso Dieselgate casi a finales de 2015, la popularidad de la tecnología diésel ha caído estrepitosamente. Por un lado, los usuarios se han sentido engañados, pero sobre todo, la desinformación ha sido absoluta y se han contado muchas mentiras. Ahora, el diésel es una tecnología que ha vuelto a sus orígenes, a tener una cuota de mercado ridícula, cuando sus argumentos son muchos.

No ocurría lo mismo a comienzos de la primera década de los 2000, cuando el turbodiésel era la tecnología de moda y hasta los coches más pequeños la empleaban. Fue entonces cuando apareció el Renault Clio 1.5 dCi con 100 CV, una versión que se convirtió en una de las preferidas del público y acumuló un grandísimo número de ventas. No en balde, en aquellos años, resultaba más que interesante y además, no era especialmente caro: 13.500 euros. Hoy es imposible encontrar un coche nuevo por ese precio, ni siquiera sumada la inflación tendríamos un precio especialmente elevado, pues se quedaría en algo más de 20.100 euros.

A finales de los 90 y comienzos de los 2000, los utilitarios con motores turbodiésel de entre 90 y 110 CV eran realmente populares y resultaban muy interesantes

REnault Clio 1 5 dCi 100 CV (1)

El bloque turbodiésel que montó el Clio tenía cuatro cilindros, 1.461 centímetros cúbicos, turbo de geometría variable, inyección common-rail de segunda generación, cambio manual de cinco relaciones… rendía 100 CV a 4.000 revoluciones y 200 Nm a 1.500 revoluciones. Según ficha técnica, pesaba 1.100 kilos y montaba unos neumáticos de 175/65 R14, diminutos en comparación con cualquier coche actual. El propio Renault Clio tiene unas medidas muchísimo más grandes y por supuesto, pesa del orden de 200 kilos más, incluso más, siempre según versión a comparar.

Cuando el Clio 1.5 dCi de 100 CV se puso a la venta, representaba la opción más equilibrada de la gama, o al menos, una de las más interesantes. Lograba unas buenas prestaciones, con un 0 a 100 km/h en 10,6 segundos, una velocidad máxima de 185 km/h y unos consumos homologados de 4,3 litros de media cada 100 kilómetros. Cifras, por cierto, bastante alejadas de la realidad, pues la normativa de homologación era un tanto fantasiosa.

Obviamente, no contaba con el equipamiento que tiene el Renault Clio actual, pero en su momento era un coche muy completo, con dos airbag frontales, ABS, radio-CD, llantas de aleación, volante forrado de cuero…

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Juan
Invitado
Juan

Algunas inexactitudes en el artículo. El más equilibrado era el 80cv, incluso el precio del artículo es lo que costaba el 80 pack authentique, las llantas eran opcionales de 15. De serie eran 14 con tapacubos.

Charles
Invitado
Charles

Aquí en Uruguay dio más resultados el 1.6 16 válvulas este en mercado latino pocos mecánicos le dieron en la tecla .. resultado se vendieron pocos ..

Xavi
Invitado
Xavi

Yo tengo el modelo de 82CV, también DCi, con 377000 km y 20 años a sus espaldas. Un extreme. Embrague de serie, por cierto. Y que dure.


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Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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