Coche del día: Renault 5 TS

Coche del día: Renault 5 TS

Sus 64 CV y el mayor equipamiento, lo hacían uno de los más interesantes de la gama


Tiempo de lectura: 3 min.

El Renault 5 TS representaba una de las opciones más equilibradas de la gama allá por 1979, cuando el pequeño modelo francés –que también se fabricaba en España– recibía algunos cambios de cara a 1980. Cambios, por cierto, que eran mínimos, como bien cuenta en la revista Autopista, en su número 1.073 –finales de octubre de 1979–.

La puesta en escena del Renault 5 en 1972, supuso un cambio realmente importante en la industria del automóvil. Era un coche pequeño, coqueto y técnicamente avanzado, que estableció algunas cosas, como la monta de paragolpes plásticos integrados en el diseño –El R5 fue el primer coche de producción en usarlos– o la clara inclinación hacía un público joven y urbano. Poco a poco todos acabaron por copiar la receta del pequeño Renault 5, mientras las ventas del modelo francés llegaban a niveles inesperados.

El Renault 5 fue un éxito por su planteamiento, pero también por su oferta, sus precios y por lo fácil que resultaba su conducción en el día a día. La compañía francesa desarrolló un modelo que logró convencer a una enorme cantidad de gente y que, además, evolucionó constantemente para adaptarse a las necesidades, como cumplir con las normativas de emisiones. A simple vista, podría parece que el modelo cambió muy poco, pero como se dice a veces, la profesión va por dentro y, por ejemplo, a finales de los 70 se implementaron algunos cambios que afectaron a la estética y a la dirección, con los que se buscaba un menor esfuerzo para accionar el volante, aunque aumentaban las vueltas entre topes –cuatro vueltas, nada menos–.

La importancia del Renault 5 es indiscutible, su innovación se podía apreciar a simple vista; el diseño eran tan novedoso que aguantó toda la vida comercial sin apenas cambios

Renault 5 TS (2)

Detalles para alargar un poquito más la vida comercial del modelo, el cual, ya había recibido toda clase de modificaciones en el motor para, como decíamos, adaptarse a las constantes modificaciones de las normas. Por ejemplo, se montaron nuevas cerraduras en las puertas, que, supuestamente, eran más seguras, pero obligaba a tener dos llaves. El mencionado cambio en el habitáculo era total, con nuevo salpicadero, nuevo volante, tapicerías específicas, más equipamiento… Su aspecto era mucho más moderno y juvenil y la climatización mejoró un poco, pero seguía con pequeñas lagunas, como la falta de salidas de aireación y un ventilador que también moviera aire fresco. Esos cambios también incluían un tacómetro para los Renault 5 TS, que se convertían en una de las opciones más interesantes de la gama por equipamiento y por detalles como un regulador de luz que afectaba a la instrumentación y a la iluminación de los diferentes mandos interiores.

El Renault 5 TS no solo era una de las opciones más interesantes por equipamiento, también por mecánica que, a pesar de haber recibido diferentes cambios a lo largo de los años, mantenía unas prestaciones muy similares, con idéntica velocidad punta y mismas recuperaciones, aunque con una ligera mejora en la zona de medio régimen, atribuía a un distribuidor con una curva de avance más acusada.

Ficha técnica en mano, el Renault 5 TS estaba animado por un bloque de 1.289 centímetros cúbicos, culata de dos válvulas por cilindro y alimentado por un carburador de doble cuerpo, que rendía 64 CV a 6.000 revoluciones y 9,6 mkg a 3.500 revoluciones. El cambio tenía cuatro relaciones, los frenos delanteros era de disco y el peso total del conjunto rondaba los 800 kilos. Gracias a su ligereza y a las buenas maneras del motor, podía presumir de una velocidad máxima de 152 km/h y, entre otras cosas, hacía el 0 a 400 metros en 19,8 segundos, mientras que el mismo ejercicio, desde 40 km/h en cuarta, lo hacía en 20,5 segundos. El consumo medio estaba sobre los siete litros.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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