El Renault 19 apareció en el catálogo de Renault hace ya mucho tiempo. La producción comenzó en 1988, aunque el proyecto de desarrollo hizo lo propio en 1984. Es decir, no es ningún jovenzuelo, y aunque todavía se pueda ver alguno en circulación, es todo un clásico por derecho propio.
Puesto en liza para ocupar el lugar en el mercado del Renaul 11, el R-19 se desligó de su antecesor en casi todos sus apartados, de hecho, resultó ser un coche avanzado para su tiempo y destacó por su diseño aerodinámico y por sus aprovechables medidas interiores. Un dato interesante, pues si lo comparamos con cualquier compacto actual, en Renault 19 es pequeño, casi 200 milímetros más corto que cualquier compacto actual.
Entre los detalles curiosos, podemos decir que fue el último modelo de Renault en llevar un número como nombre comercial y que, aunque se dejó de fabricar en 1994, recibió un restyling en 1992. Es muy raro que un coche reciba actualizaciones para solo dos años de vida comercial, pero en el caso del R-19 se hizo así. No obstante, la producción del 19 se alargó hasta 2002 en algunos países.
Al restyling se le conoce como “fase II”, un apelativo muy común para designar a los modelos de Renault aunque, como ocurrió con el 19, no hubiera muchos cambios. El Renault 19 II es fácil de reconocer porque el frontal y la trasera cambiaron notablemente, aunque no así el resto de la fisionomía del coche. En el frontal se añadió un nuevo capó, calandra y paragolpes, mientras que atrás, donde se podían encontrar los mayores cambios, se optó por unos grandes pilotos, que se unían entre sí por una enorme plancha del mismo color que los faros –y del mismo material–, que abarcaba toda la parte del portón que estaba situada encima del paragolpes.
También se realizaron algunos cambios en el habitáculo, pero se mantuvieron las formas básicas y la posición de conducción, un detalle que fue criticado en la primera edición del modelo y que nunca se llegó a revisar. Al menos se montó airbag de conductor, que significó añadir el mismo volante de cuatro radios que usaba, por ejemplo, el Renault Laguna.
Importante fueron los cambios mecánicos. De entrada, todos los motores pasaron a tener inyección de combustible y se cambiaron los acabados, que comenzaron a conocerse como RL, RN, RT, RTI y RE. La llegada de la inyección también significó ligeras mejoras en algunos motores, como es el caso del 1.4 de 60 CV, que pasó a rendir 75 CV. Desapareció el 1.7 de 93 CV y en su lugar se introdujo un bloque 1.8 con 95 CV y el 1.7 con 107 CV se reemplazó por un 1.8 de 115 CV.
No todos fueron mejoras, porque el Renault 19 16v pasó de 140 a 137 CV…
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Un detalle sobre renovado interior, se inspiró de manera demasiado evidente en la referencia en aquel tiempo, el Golf III.