El Porsche 911 es el coche inmortal, un modelo que está destinado a ser el mismo para siempre, incluso cuando, finalmente, adopte la tecnología eléctrica. Sin embargo, eso parece que no será un problema, porque acumula éxitos con cada generación del modelo, incluso la 996, la llamada, despectivamente, generación “hueco frito”, tiene una diferente consideración desde que se dejó de fabricar.
No obstante, si preguntáramos a un amante del Nueveonce, seguramente nos dirá que la mejor generación de todas es la cuarta, la conocida como Porsche 993. Esta edición del mítico modelo alemán tiene algo especial, un aura que encandila a todos los Porschistas y que tiene que ver con su motor, pues fue la última generación del coupé alemán en montar motores refrigerados por aire.
La puesta en escena del 993 supuso un cambio total con respecto a la generación anterior, al Porche 964, y no solo por el cambio de diseño, que suavizó muchísimo las formas de la carrocería sin perder la auténtica esencia del modelo –obra de Tony Hatter, bajo la dirección del diseñador jefe de Porsche, Harm Lagaay–, sino porque era el resultado de un diseño totalmente nuevo que incluida chasis fabricado por primera vez con aluminio y una suspensión trasera multibrazo de nuevo desarrollo con propiedades direccionales –eje que según la marca, es el desarrollo supremo del eje Weissach–.
Así, en 1993, el Porsche 993 hacía acto de presencia y ponía sobre el asfalto, como dice la propia marca, la culminación de la era con refrigeración por aire, aunque seguramente, cuando lo lanzaron al mercado no pensaban que sería el último de su clase.
De entrada, se comercializó con carrocería coupé y luego, descapotable. El Porsche 911 no apareció hasta 1995 y llegó con una innovación: el techo no era una simple pieza extraíble, sino que contaba con una plancha de vidrio que se ocultaba detrás de la luneta trasera mediante un sistema eléctrico.
Luego llegaron el Porsche 911 Carrera 4, el Carrera 4S, el Carrera S, el Porsche 993 Turbo… el catálogo del 993 no dejó piedra sin mover y llegó a contar con un brutal 911 GT2 RS con más de 400 CV.
El considerado como mejor Porsche 911 de la saga, se creó cuando la marca estaba en plena crisis, con la sombra de la bancarrota y el cierre planeando sobre ellos en más de una ocasión y sin embargo, supieron dar vida a un coche que fue un éxito. Entre 1993 y 1998, se fabricaron un total de 68.881 unidades entre todas las variantes del 993. El cese de producción del Porsche 911 993 supuso abrir la puerta a la refrigeración por líquido, al Porsche 996 y su nueva carrocería…
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Un ejemplo práctico de como un coche puede, justificadamente, ser considerado motivo de orgullo, tanto para los esforzados ingenieros y diseñadores como para los (pocos) afortunados poseedores de una unidad.