El Pontiac Club de Mer era un prototipo de roadster biplaza que se presentó en el General Motors Motorama Show de 1956, época en el que el tema principal de diseño de los coches reflejaba su visión del futuro de los mismos. Su eslogan principal era “ninguna idea es demasiado radical ni ningún diseño es demasiado extremo”. Para sus diseños tomaron como ejemplo la industria aeronáutica, concretamente los aviones de caza estadounidenses. Era el inicio de la era jet.
El Motorama Show de General Motors fue un evento promovido por el fabricante de automóviles durante el período de 1949 a 1961, donde se ofrecían diseños de concept cars y prototipos. En 1956 el público estaba entusiasmado y ensimismado con el mundo de las naves espaciales y los cohetes, por lo que se aprovechó esta circunstancia ofreciendo modelos realmente originales.
Esta muestra tuvo un gran éxito de visitas, alrededor de 2,2 millones de personas la visitaron en las diferentes ciudades donde pudo verse, como Miami, Boston, Los Ángeles, San Francisco y Nueva York. General Motors creó un vídeo titulado “Design for Dreaming”, que mostraba el modo de entender la publicidad y la industria automovilística de la época.
En su día se anunció como un “excitante experimento de laboratorio sobre ruedas”. Su carrocería era totalmente lisa, de líneas curvas y sin ningún tipo de aristas y relieves salvo las tomas de aire delanteras. Aspectos innovadores como su doble burbuja en lugar de un parabrisas tradicional o su espectacular carrocería de aluminio pintada en azul se consideraron avances e innovaciones de lo que podían ser los Pontiac del futuro.
Estaba basado en el Lincoln Futura de 1955, modelo que también se utilizó para construir el primer Batmóvil televisivo de la historia. Este Batmóvil era ligeramente diferente al Pontiac Club de Mer, con una cúpula tipo aeronáutico, teléfono, radar, computadora y un arma que disparaba rayos láser. Pero dejemos al lado este coche, pues da para escribir un libro o dedicarle un reportaje.
Este coche se hizo como un coche de carreras “diseñado para el confort, la seguridad y la belleza”, como rezaba la publicidad de la época. Este alucinante biplaza llevaba un sistema de ocultación de los faros delanteros cuando no se conducía y carecía de parachoques.
Su aleta dorsal trasera, situada en el centro del tercer cuerpo y sus aerodinámicas burbujas delanteras -que recordaban a las carlingas de los aviones de combate-, le asemejaban en su conjunto al fuselaje de un caza.
Los dos principales responsables del diseño, Harley Earl -jefe de proyecto- y Paul Gillian -jefe de estudio de diseño de Pontiac- matizaron su diseño para que no pareciese un avión con ruedas y se asemejase a los espectaculares vehículos cazarrécords de velocidad. La planta motriz era un poderoso Pontiac OHV 287 con arquitectura V8 de 4.392 cm3, 300 CV a 5.100 RPM y un par máximo de 447 Nm a 2.600 RPM.
Su carrocería de aluminio pintada de color azul metalizado contrastaba claramente con su interior de cuero de tono en rojo vivo, con espacio para dos ocupantes. Incluso el diseño de las llantas, que imitaban claramente a las turbinas de los motores a reacción, estaban inspiradas en los aviones de combate. Su interior era tan minimalista que se pensaba para un uso lúdico, casi de paseo, más que en realizar largos viajes por los inmensos territorios del país.
No pasó del estado de prototipo, siendo destruido a finales de 1958. Solo se fabricó esta unidad y una maqueta a escala ¼. Se construyeron algunas recreaciones que se expusieron y subastaron por aproximadamente 100.000 euros.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS