En la historia del automovilismo hay batallas tan obstinadas como perdidas. Una de ellas es la que los fabricantes franceses tienen desde los años sesenta con los alemanes en el ámbito de las berlinas. Obstinada porque Francia ha lanzado multitud de modelos y aún así nunca ha llegado a revalidar el atractivo del DS de 1955. Perdida porque una ojeada al historial de Mercedes y BMW habla por sí sola; dominadoras con la saga de la Clase E y las berlinas que encuentran su origen en los New Class de 1962 respectivamente. No obstante, de esta pugna ha salido algo tan interesante como la larga ristra de prototipos y ensayos galos entre los cuales se encuentra el Peugeot 407 Elixir.
El modelo de la marca del león que calentó el ambiente mediático en el Salón de Frankfurt 2003. Dando alas por un breve tiempo a los deseos de los más aventurados, quienes creyeron que Peugeot apostaría por la diferenciación a través de una carrocería hibridada entre varios conceptos a la forma y manera del Renault Avantime de 2001. No obstante, los de Peugeot tomaron buena nota del experimento que supuso aquel cruce entre monovolumen y coupé. Tan llamativo y atrevido como poco exitoso en ventas con 8.557 unidades antes de ser clausurada su producción.
De esta forma, a la industria francesa se le quitaron por un tiempo las ganas de llevar modelos aventurados y futuristas a serie. Una pena. Sobretodo porque para Peugeot el resultado fue una especie de golpe de timón con el cual dejó de ser una empresa atractiva para convertirse en otra donde lo más curioso eran tan sólo las versiones CC de los 206 y 308. Sin embargo, lo cierto es que de haber lanzado el Peugeot 407 Elixir al mercado seguramente el público no habría estado esperándolo. Aunque, partiendo una lanza a favor del mismo, el actual viraje del público tradicional de las berlinas hacia los SUV demuestra cuan moldeable es el mercado por la mercadotecnia.
Presentado en 2003, el Elixir pretendió llamar la atención de cara al lanzamiento del 407 aunque también excitó los ánimos de aquellos que desearon ver una especie de Avantime en la gama de Peugeot
Peugeot 407 Elixir, más similar de lo que parece con el Avantime
La verdad es que resulta curioso comprobar cómo el Elixir y el Avantime son prácticamente coetáneos con sólo dos años de diferencia. Parecidos también en el motor, ya que mientras el Renault montaba un V6 capaz de entregar 207 CV el Peugeot 407 Elixir equipó otro V6 con 2,7 litros y 201 CV. Eso sí, diésel en vez de gasolina. Un ingenio desarrollado entre Ford, PSA y Jaguar para sus berlinas de venta masiva, el cual se acopló a una caja de cambios automática Tiptronic System Porsche.
Respecto al concepto plasmado en las carrocerías y habitáculos obviamente ambos vehículos diferían. Mientras el Renault estaba más influenciado por la idea de monovolumen – posiblemente porque fue diseñado por Matra para la casa del rombo, al igual que en su momento hiciera con el Espace – el Peugeot 407 Elixir presenta una línea más pegada al suelo. En ella, el tercer volumen desaparece integrado en un largo techo acristalado. Todo ello para dotar de la máxima visibilidad y luminosidad posible a su habitáculo con cuatro asientos independientes repleto de detalles en aluminio.
Dirigido a crear una sensación de calidad que en aspecto sí resultó ser muy similar al modelo de producción aunque no así en acabados. Otra de las diferencias obvias entre el Peugeot 407 Elixir y la berlina presentada meses más tarde, siendo el prototipo un modelo creado para el eco mediático sin ninguna intención de llegar a serie siquiera como una variante de la futura berlina. No obstante, el Elixir sirvió para anticipar las líneas maestras del diseño frontal del 407.
Su motor era un bloque compartido con otros modelos del Grupo PSA, Ford y Jaguar con seis cilindros y 201 CV
Un modelo realmente conservador, el cual sólo tuvo como opción algo más rupturista la versión coupé presentada en 2006. Mucho menos lograda que la que Pininfarina hiciera para el 406, cuya elegancia y fluidez – fruto de un diseño que iba a ir dirigido a la mismísima Ferrari – aún queda entre los aficionados a la marca como uno de los modelos más logrados en lo visual durante toda su historia. Uno de los Peugeot más interesantes de las últimas décadas. Marca que parece recuperar la audacia que tuvo con diversos modelos y prototipos al haber presentado el llamativo e-Legend.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS