Ya no en pleno auge de los SUV, sino en su dominio de prácticamente todos los segmentos, resulta interesante rescatar la memoria de modelos como el Opel Zafira MK1 de 1999. Para empezar, un automóvil verdaderamente global ya que no sólo se fabricó en las cadenas de montaje de la casa germana. También salió al mercado encuadrado en las gamas de Subaru, Chevrolet, Holden y Vauxhall. De esta manera, más allá de Europa continental nuestra protagonista se vendió en Japón, Sudamérica, Australia y el Reino Unido respectivamente. Un dato que, por sí mismo, ya confirma lo acertado de un diseño y unas motorizaciones capaces de satisfacer las necesidades de movilidad expuestas por buena parte de la población.
Además, en su génesis intervino una empresa del todo inesperada. Porsche. Y no, no es que en este momento vayamos a dar algún giro inesperado hacia alguna versión deportiva o prestacional. Para nada. Lejos de ello, el Opel Zafira MK1 se conecta con la casa del 911 gracias a los servicios de consultoría tecnológica de la misma. Porsche Engineering. Una discreta pero influyente firma que ha trabajado para afinar vehículos tan dispares como el SEAT Ronda Crono 2000 o el Audi RS2. Así las cosas, bajo la carrocería del Opel Zafira se esconde una tecnología más madurada de lo que se pudiera pensar. Especialmente si hablamos en términos de armonía y utilidad del conjunto.
No obstante, antes de hablar de ello lo más interesante será hablar de su base. Algo que cobra importancia en este escenario repleto de modelos SUV que no trasladan a su habitáculo los amplios volúmenes que exhiben en su exterior. Y es que, al fin y al cabo, en lo que se refiere a la búsqueda de espacio familiar los monovolúmenes siguen siendo la opción más sensata independientemente de modas por definición pasajeras. Más creadas por la mercadotecnia que por el avance objetivo en diseño y tecnología. En este sentido, el Opel Zafira MK1 sorprendió por ser uno de los primeros monovolúmenes en ofrecer siete plazas reales aún basándose en la plataforma de un vehículo del segmento C. En su caso, el Opel Astra.
El Zafira demuestra que, en materia de espacio, lo más inteligente es recurrir al concepto de monovolumen. Algo que desgraciadamente está siendo sepultado por el auge imparable de los modelos SUV en todos los segmentos
Opel Zafira, la resistencia del monovolumen frente al SUV
Lo de usar una base compartida para modelos de diferentes segmentos es una racionalización de la producción ya iniciada a finales de los ochenta por FIAT. Además, con muy buenos resultados. Tanto técnicos como comerciales. Pero además, en el caso del Opel Zafira llama la atención el buen rendimiento en materia de habitabilidad que se le sacó a un modelo del segmento C. De esta manera, es uno de los ejemplos más depurados en materia de practicidad para un tipo de vehículo que naciera en los Estados Unidos bajo la mano de Lee Iacocca y su Chrysler Voyager, saltando a Europa con el Renault Espace.
De hecho, con varias actualizaciones sobrevivió hasta el pasado 2019. Sólo ahogado por un mercado donde el empuje de los SUV parece barrerlo todo, independiente de su eficiencia, lógica y adecuación. No obstante, regresando al Opel Zafira MK1 llama la atención una oferta de motorizaciones donde encontramos cuatro opciones en gasolina, tres en diésel y una en gas. Esta última muy interesante al contar con la certificación ecológica, dando 97 CV con un bloque motor de 1,6 litros.
Además, en la otra punta de la balanza se puso una opción con 147 CV basada en un bloque de dos litros ayudado por un turbocompresor. Algo que fue un paso – o incluso algunos más allá – cuando al poco se presentarse el Opel Zafira MK1 la casa germana encargó a su departamento Opel Perfomance Center la versión OPC con 200 CV. Tildada por muchos como absolutamente innecesaria, y no sin falta posible de razón aunque, curiosamente, no funcionó nada mal en el mercado alemán. Cosas de lo exótico que siempre ha sido y será mezclar conceptos contrapuestos en el automovilismo.
Las motorizaciones abarcaban una amplia gama, contando desde una opción prestacional hasta otra con la etiqueta de certificado ecológico
Hoy en día, el Opel Zafira MK1 aún está lejos de convertirse en siquiera un preclásico. De hecho, no se puede pasar por alto la compleja entrada que ciertos vehículos familiares de los ochenta y noventa van a tener en el mercado de futuros clásicos. Algo debido a su carácter utilitario; mucho más racional que pasional y al que sólo escapan por motivos de originalidad modelos como el Pontiac Trans Sport. Aunque, al mismo tiempo, sorprendería ver la forma y manera en la que está evolucionando la cotización de las Espace según qué casos. En todo caso, lo cierto es que llama la atención la forma en la que del mercado se han ido borrando modelos como el Opel Zafira. De una forma, seguramente, demasiado temprana.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS