El Opel Vectra 2.’0 DTi Sport no tenía las cosas fáciles. Se tuvo que ver las caras con coches como el Citroën Xantia 2.0 HDi, con el Peugeot 406 2.0 HDi o, por poner otro ejemplo, con el SEAT Toledo 1.9 TDi. Fue uno de los mejores momentos de la categoría y la competitividad se encontraba a un nivel excepcional, lo que complicaba mucho poder despuntar. Y no debemos olvidar que hablamos de coches procedentes de la era diésel.
A finales de los 90 y durante los primeros años del Siglo XXI, la industria del automóvil estaba en un momento pletórico. No importa el segmento que se mire, había un despliegue de órdago en todos los aspectos. Además, los SUV todavía no habían explotado en popularidad y los fabricantes se permitían en lujo de tener toda clase de opciones en el catálogo, incluso sedanes y berlinas. Es más, los sedanes formaban ese escalón con cierto prestigio que a muchos encandilaba, aunque los inicios del Siglo XXI estuvieron un poco faltos de versiones prestacionales.
El Opel Vectra B fue uno de esos coches, un producto de finales de los 90 y principios de los 2000, que se vio envuelto en una refriega brutal. Opel todavía estaba bajo control de General Motors y la personalidad que imprimía a sus coches eran bien distinta a que presenta desde que está integrada en Stellatis. Algo lógico, cuando había muchas cosas de diseño y producción propia, combinadas con elementos tomados del banco de órganos de General Motor, que no era precisamente pequeño. Los motores, por ejemplo, forman parte del último caso, porque no todos eran de origen Opel, como pueden ser los diésel, que según la versión, podía ser un motor de Isuzu.
La segunda generación del Opel Vectra destacó por diseño y por calidad de producción, pero le faltó algo de garra y no contó con las interesantes versiones deportivas de la primera entrega
Tampoco es un detalle que ensombrezca el buen hacer del Vectra 2.0 DTi Sport, ya que si por algo destacó el sedán alemán, fue por fiabilidad y además, por prestaciones, aunque siempre se quedó por detrás de los HDi franceses y del todopoderoso TDI alemán. Mientras los demás presumían de potencia –una media general de 110 CV–, el Opel Vectra 2.0 DTi Sport “solo” anunciaba 101 CV a 4.300 revoluciones y 205 Nm de par a 1.600 revoluciones. La revista Coche Actual llegó registrar en su banco de potencia casi 120 CV y si echamos un nuevo vistazo a los datos, veremos que era un diésel un tanto particular.
La cifra de par se obtenía muy pronto, pero la de potencia requería de subir el régimen hasta un límite poco habitual en un turbodiésel. La misma revista Coche Actual, en su Guía útil del automóvil número 80 –julio de 1999– afirmaba que a pesar de haber obtenido un buen caballaje, el motor era un poco perezoso a pocas revoluciones y que, para tener una buena respuesta y una buena entrega de par, había que hacerlo funcionar por encima de las 2.000 revoluciones. Curioso, porque anuncia 205 Nm de par disponible a 1.600 revoluciones… Los consumos, no obstante, siempre eran muy contenidos –era fácil circular entre los cinco y los seis litros de media–.
Sin embargo, el Vectra 2.0 DTi Sport destacaba por comportamiento. Como toda versión “sport”, las suspensiones eran algo más firmes y la dirección tenía poco más de dos vueltas entre topes, lo que hacía que fuera bastante directa. Coches Actual decía que no alcanzaba el aplomo en curva del Peugeot 406 ni la agilidad del Alfa 156, pero podía seguir el ritmo de los dos sin demasiados problemas. Además, se combinaba con un maletero de 540 litros y un precio de 3.374.000 pesetas; solo el SEAT Toledo 1.9 TDI, con casi 3,3 millones de pesetas, era realmente más barato –el Alfa 156 1.9 JTD se quedaba muy cerca y costaba 15.000 pesetas menos–.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS