Coche del día: Opel Omega 2.2 16v

Coche del día: Opel Omega 2.2 16v

La versión más económica, pero también la más lenta


Tiempo de lectura: 3 min.

El Opel Omega 2.2 16v representaba el acceso a la gama a finales de los 90. Tenía un precio de 4.821.000 pesetas –28.975 euros de 1999–, una imagen señorial y un tamaño respetable con 4,89 metros de largo. Era, se podría decir, un coche a medio camino entre el segmento premiun, donde estaban los Audi A4 o BMW Serie,3 y el segmento generalista, donde no había nada de su tamaño.

A finales de los 90 todavía quedaban marcas generalistas con sedanes de gran tamaño: Alfa Romeo 166, Peugeot 607, Citroën C6 y por supuesto, el Opel Omega. De estos mencionados, el modelo alemán era el más atípico, pues mantenía motores longitudinales y propulsión en toda la gama, una configuración que se podía encontrar en los modelos de BMW o Mercedes, pero no en marcas como Opel. Además, podía tener versiones con un motor V6 de 3,2 litros con 218 CV.

No obstante, el V6 era el tope de gama, para aquellos que no podía, o no querían, invertir en el más caro del catálogo, estaba la opción del Omega 2.2 16v, el más accesible, Tanto por precio como por cifras de prestaciones, el Omega 2.2 16v era un rival, más o menos directo, de los BMW 520i –e39– o Audi A6 1.8T –C5–,.a los que superaba en equipamiento y en precio, pues era más barato que los dos, sobre todo con respecto al BMW, cuyo precio superaba al modelo de Opel alrededor de 700.000 pesetas. Un dinero adicional que la gente estaba dispuesta a pagar, pues el e39 tenían mucho más éxito comercial que la segunda generación del Omega.

Con 4,89 metros, el Opel Omega era enorme y, como cabe esperar, pesado. Sus más de 1.600 kilos hacía que el motor de 2,2 litros se quedara justo

Opel Omega 2 2 16v (2)

Y no es porque el Opel Omega 2.2 16v fuera precisamente lento. El motor, con cuatro cilindros, tenía 2.198 centímetros cúbicos, culta multiválvulas con dos árboles de levas y rendía 144 CV a 5.400 revoluciones y 205 Nm de par a 4.000 revoluciones. Un motor de funcionamiento suave y prograsivo, miembro de la familia Ecotec y conocido por montarse también en el Opel Astra G –en el 2.2 16v Sportive y en el Coupé–, así como en el Opel Speedster 2.2 16v.

Era un motor que, en el Astra, funcionaba bastante bien, pero que “tirando” de la carrocería del Omega se quedaba algo justo. Según dato recogidos por la revista Coche actual –número 607, publicada a primeros de diciembre de 1999–, el 0 a 100 km/h lo hacía en 12,9 segundos y los 1.000 metros con salida parada en 33,9 segundos. El 80 a 120 km/h en quinta se completaba en 18,87 segundos y se rozaba los 210 km/h que anunciaba la marca. El Alfa Romeo 166 2.0 TS, con un motor dos litros de 150 CV, era más rápido en todas las mediciones y el Audi A6 1.8T todavía más rápido.

Con el Opel Omega 2.2 16v se obtenía, por otro lado, un coche de imagen equilibrada e interesante, con un habitáculo muy grande, unas suspensiones pensadas para ofrecer muy comodidad de marcha, un nivel de acabado acorde con el precio y muy bien equipado, salvo por la falta del ESP de serie. Todo a un precio que solo el Alfa Romeo 166 no superaba.

Sin embargo, como todos los coches de su tipo con un sello en el frontal visto en coches populares, las ventas no acompañaron nunca. Se dice que el valor imagen, a veces, es suficiente para tener determinados productos en el mercado, pero la rentabilidad siempre estará ahí, sobre todo en una marca como Opel y después de esta segunda generación, el modelo se retiró del mercado.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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