El Oldsmobile Aerotech ST se desarrolló a finales de los 80 con una idea: elevar el pedigrí deportivo de Oldsmobile. Para ello, se creó el programa Aerotech por parte de General Motor, del que salieron un total de tres coches, con los que se establecieron muchos récords de velocidad a lo largo de cinco años. Récords de resistencia a alta velocidad más concretamente.
Todo comenzó con un nuevo motor aparecido después de haber sufrido dos crisis del petróleo. General Motors decidió diseñar una nueva generación de motores de cuatro cilindros, que tendrían versiones de alto rendimiento, y pone a su división Oldsmobile al frente del proyecto. Era la primera vez desde el Rocket V8 de 1948 que esta marca desarrollaba un motor desde cero.
El resultado podría haber pasado por un motor actual: culata de aluminio, doble árbol de levas en cabeza, cuatro válvulas por cilindro, inyección electrónica multipunto, encendido directo –sin distribuidor–… se presentó en 1987 y se tenía intención de ponerlo a la venta en 1988. Con un cubicaje de 2,3 litros, rendía 150 CV, una potencia próxima a los V6 yankees de la época. Obviamente, General Motors estaba orgulloso de su motor y se propone promocionarlo como se merece, y de paso, mostrar las posibilidades que ofrece este desarrollo.
Se puso a Ed Welburn, subdirector del estudio de diseño de Oldsmobile, al mando del diseño de un prototipo que permitiera demostrar las capacidades del nuevo motor con un programa de velocidad. Básicamente, la idea era batir récords de velocidad, para lo cual, se llegó a convencer a General Motor de poner dinero en el proyecto.
La creación del primer prototipo tuvo algunos tropiezos. Por ejemplo, Welburn quería cubrir las ruedas traseras, pero Goodyear, que suministraba los neumáticos, se opuso por posibles problemas de calentamiento. También quería una carrocería larga, tipo long tail, pero Ted Louckes, director del proyecto Quad 4 –como se denominó al motor– se opuso porque no era el diseño más adecuado para rodar en Indianápolis, el circuito que se escogió para batir los récords de velocidad.
El primer prototipo fabricado por el Oldsmobile Aerotech ST –por short tail–, equipado con una carrocería de cola corta y un alerón. Se construyó alrededor de un chasis March 84C, campeón en las 500 millas de Indianápolis, y se desarrolló una carrocería de fibra de carbono para limitar el peso, el cual se quedó en 726 kilos. El motor, por su parte, era el Quad 4, pero con algunas modificaciones. De primeras, se reduce el desplazamiento a dos litros, con lo que se logra tener paredes más gruesas que pueda soportar la sobrepresión de un sistema de sobrealimentación por turbo. El bloque se fabrica con aluminio con camisas de acero y se monta de forma portante. Además, pistones, colectores de admisión y escape, sistema de inyección y encendido son específicos, al tiempo que los taqués hidráulicos se sustituyen por unos mecánicos.
Se fabricaron dos versiones de este motor, denominadas RE y BE. La primera se montó en el Oldsmobile Aerotech ST. Esta variante está desarrollada por Batten, una empresa de ingeniería con sede en Michigan y solo está equipado con un turbo para rendir 900 CV –la otra tenía dos turbos y podía alcanzar los 1.000 CV–.
La construcción del Aerotech ST se completa a finales de 1986 y antes de atacar los récord de velocidad, fue enviada a la pista de pruebas de General Motos en Mesa, California. Allí, se logró alcanzar los 351 km/h. Así, el 26 de agosto de 1987, se dirigieron al circuito Fort Stockton, en Texas, para batir el récord de velocidad de esa pisa, en manos de Mercedes desde 1979 gracias al C111 IV –403,7 km/h–. Sin embargo, los primeros intentos no tuvieron éxito y los ingenieros decidieron modificar la carrocería y crear el Oldsmobile Aerotech LT –por Long Tail–.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS