Coche del día: Nissan Fígaro

Coche del día: Nissan Fígaro

Con tres décadas a sus espaldas, esta creación de Nissan es pionera en la estética retro puesta al servicio de las ventas


Tiempo de lectura: 5 min.

A pesar de sonar sorprendente, lo cierto es que el Nissan Fígaro fue un coche adelantado a su tiempo. Eso sí, en una materia tan importante para el automovilismo como olvidada para muchos aficionados: la publicitaria. Y es que, aún siendo duro de aceptar, no pocos conductores adquieren sus vehículos en base a decisiones tan poco reflexivas respecto a la mecánica como impulsivas respecto a la estética o la originalidad. En ese sentido, las marcas con un amplio pasado lleno de modelos que marcaron época han echado mano de la nostalgia para acrecentar sus ventas.

Algo que ejemplifica a la perfección la llegada en 1998 del New Beetle. Un coche que nada tiene que ver con el original, aunque basando sus líneas en las de aquel adquirió un aura de originalidad que lo hizo ser bastante llamativo. Principal motivo para entender el éxito del modelo, el cual se desarrolla sobre la misma plataforma de los mucho más lógicos – aunque sobrios – VW Golf y Audi A3. No obstante, aunque el New Beetle es el modelo más representativo en esta estrategia, lo cierto es que el Nissan Fígaro apareció casi una década antes. Concretamente, en 1989 con el prototipo y en 1991 con el modelo de serie, recurriendo al aspecto retro para ganar adeptos.

Así se abría una brecha que dura hasta nuestros días, por la cual han transcurrido el nuevo Mini y modelos que están por venir como el R5 eléctrico que ya ha mostrado Renault. Y es que la nostalgia vende, más aún cuando se trata de pequeños coches urbanos que en no pocas ocasiones cumplen el papel de ser un vehículo donde el capricho se mezcla con las necesidades de movilidad urbana. Un ámbito donde el Nissan Fígaro se movía a la perfección gracias a sus 3,64 metros de largo y 810 kilos. Coordenadas que lo sitúan dentro de un segmento auténticamente japonés: el de los Kei Car.

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Echar mano del factor nostalgia es algo que las marcas vienen haciendo desde hace unos treinta años, con los modelos de Nissan y su Pike Factory como claros inspiradores

Nissan Fígaro, un éxito inesperado

En Japón, la pobreza se unió con la escasez para concebir tras la Segunda Guerra Mundial a los Kei Car. Un conjunto de modelos muy pequeños, a veces con motor de motocicleta, que por su bajo precio y tamaño escaso vinieron como anillo al dedo de la recuperación económica durante la postguerra. No obstante, aunque para los sesenta el país ya había entrado en una consolidada fase de expansión económica los Kei Car siguieron siendo útiles. La razón no era otra que su tamaño, con las aglomeraciones urbanas llevando el aparcamiento a escenarios caóticos.

De esta forma, las marcas niponas nunca han descuidado un segmento donde incluso han aparecido deportivos tan interesantes como el Toyota Sports 800 o el Honda Beat. Una tradición automovilística en la cual Nissan centró a un equipo de trabajo conocido como Pike Factory. Posiblemente una de las iniciativas más interesantes en la historia reciente de la marca, abriendo brecha en el recurso de la nostalgia con el diseño de cuatro pequeños coches con claros guiños al pasado. Un grupo de trabajo que no sólo se limitó a lo experimental, puesto que todos sus vehículos llegaron a serie.

De hecho, tras las cuatro creaciones retro sobre Kei Cars – Be-1, Pao, Fígaro y S-Cargo – el proyecto más conocido de Pike Factory fue el Nissan Micra de segunda generación aparecido en 1992. Un modelo que sorprendió por su estética no siempre dada al consenso, pero también por sus buenas cualidades como vehículo urbano muy práctico para el día a día en una gran ciudad. Además, en el caso de los Nissan Fígaro y Micra destaca el compartir la misma plataforma, estableciendo aún más similitudes entre los diferentes modelos de Pike Factory.

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El Fígaro comparte plataforma con el Micra, siendo ambos modelos dos soluciones muy diferentes a un mismo problema: la movilidad urbana

Respecto al motor, el Nissan Fígaro utilizó un MA10ET de un litro con cuatro cilindros en línea y turboalimentación. Siendo capaz de entregar 76 CV todo indica a que conducir uno de estos pequeños coches ha de ser de lo más divertido, especialmente si tenemos en cuenta cómo debe enlazar curvas con tan poco peso, batalla corta y bajo centro de gravedad. En fin, el Nissan Fígaro no sólo es un coche útil para la ciudad, sino también un vehículo deportivo y recreacional lleno de encanto. Tanto así que la producción prevista en 8.000 unidades quedó rebasada por una demanda en la que hasta se llegaron a sortear unidades entre varios aspirantes a comprador. Finalmente se llegó hasta las 20.000 justas, teniendo ahora mismo un activo mercado de segunda mano en Reino Unido e Irlanda a pesar de haberse vendido inicialmente sólo en Japón. Cosas de conducir por la izquierda.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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