Mitsubishi… ¡Quién te ha visto y quien te ve! De tener algunos modelos como el Mitsubishi 3000 GT o el Eclipse, a tener modelos como el nuevo Mitsubishi ASX; que viene a ser un Renault Captur con los logotipos cambiados. Y esto en Europa, por en Estados Unidos ofrece productos como el Mitsubishi Outlander, un coche que estamos esperando en Europa y no termina de llegar –al menos cuando se publicó esto–. Esa falta de personalidad, esta pérdida de raíces también se puede apreciar en Japón y en Estados Unidos, donde mercados donde la firma de los tres diamantes siempre ha logrado unos buenos resultados.
Atrás quedan los sedanes como el Galant y también atrás quedan los deportivos, sean con carrocería coupé, sedán o utilitario, porque no debemos olvidar al Mitsubishi Colt CZT y sus 150 CV, por ejemplo. Incluso llegó a tener coches superinteresantes que no salieron de su mercado local, al menos oficialmente. Coches como el Mitsubishi FTO, un coqueto coupé que fue objeto de importaciones paralelas a Reino Unido y Nueva Zelanda, dos de los países donde se conduce con el volante a la derecha, como en Japón y que, por tanto, se aprvoechan de oportunidades que nosotros no podemos aprovechar, a no ser, claro está, que estés dispuesto a sufrir la posición del volante.
El Mitsubishi FTO se lanzó en Japón en 1994 –como modelo independiente, antes se comercializó como una versión del Galant– y se convirtió en el primer coche deportivo en ganar el precio al mejor coche del año en Japón desde el Toyota MR2 de 1984 –sí, en Japón los deportivos también ganan el premio al mejor coche del año, no como en Europa, que ocurrió únicamente en la década de los 70, con el Porsche 928 como protagonista–. Se basaba en la plataforma del Galant pero modificada y se ofreció en tres versiones, siendo la más interesante una equipada con un V6 2.0 de 180 CV, que posteriormente, equipado con sincronización variable de válvulas, llegó a los 200 CV.
Junto a estos motores se ofrecían varios acabados, con el GPX como el más popular, un acabado que usaba el V6 de 200 CV, llantas grandes, un alerón trasero y los frenos más potentes de la gama, así como un diferencial de deslizamiento limitado. Destacaba, tanto por su rareza como por su imagen, el Mitsubishi FTO GX Aero, que montaba un kit aerodinámico más agresivo, y el Mitsubishi FTO GP R, que era una versión más ligera y con una puesta a punto más radical, aunque con el mismo propulsor de 200 CV. Todos eran tracción delantera.
El Mitsubishi FTO era un coche con personalidad. No era muy grande y sus pasos de rueda bien marcados –musculosos– le otorgaban carácter a su estampa, aunque las versiones sin alerón no alcanzan el mismo interés estético que las equipadas con él.
Curiosamente, tras comprobar el gran número de importaciones paralelas que estaba teniendo el FTO, la marca decidió, finalmente, ofrecer el modelo de forma oficial en Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda.
La producción se detuvo, al parecer, porque Japón revisó la normativa para impactos laterales justo cuando las ventas del Mitsubishi FTO comenzaron a descender, así que la marca decidió que no merecía la pena renovar el modelo. Básicamente, porque su rediseño obligaba a revisar el monocasco para que pudiera superar la nueva normativa de impacto lateral, lo que requería una inversión que podría no tener retorno.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS