Mazda, la firma del jinete, siempre ha tenido coches interesantes y curiosos, entre ellos un 2+2 que apareció en el mercado en 1992 con un propulsor 1.8 V6, el MX-3. La propuesta de Mazda, a medio caballo entre un deportivo y un utilitario, aparecía en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1991, llegando a diferentes mercados con otros nombres comerciales como Eunos 30X en Japón o Mazda MX-3 Precidia en Canadá.
Este modelo japonés se construía partiendo de una plataforma específica (EC), fruto de al evolución de la evolución de la plataforma BG, sobre la que se construían los 323 y otros modelos Ford. Su sello distintivo fue la posibilidad de equipar un pequeño V6 que cumplía con las restricciones japonesas acerca del desplazamiento del motor, se trataba de un maniobra para evitar encarecer el vehículo debido a las tasas de que la administración nipona imponía a vehículos con motores mayores.
El 1.8 V6 era capaz de desarrollar 136 CV a 6.800 RPM y 160 Nm de par a 5.300, del mismo modo que el Suzuki Swift GTI de la semana pasada este propulsor brillaba en la zona más alta del tacómetro; era capaz de los 100 km/h en 8,5 segundos y 202 km/h de velocidad punta. No se trataba de un coche con prestaciones impresionantes pero sí que estaba a al altura de los GTI contemporáneos.
Como curiosidad, este propulsor de la serie K de Mazda hacia uso de un sistema que le permitía modificar la longitud del colector de admisión, con lo que se mejoraba la carga de los cilindros y era posible mejorar la entrega de par, haciendo más progresivo y contundente este propulsor. Comercialmente fue conocido como VRIS, por las siglas en inglés de “Sistema de Inducción de Resonancia Variable”.
La plataforma del Mazda MX-3 incorporaba un sistema McPherson en el eje delantero, mientras que en el trasero hacía uso de un sistema multilink que destacaba por el uso de la tecnología, patentada por Mazda, Twin-Trapezoidal Link, con la que podía ofrecer determinados beneficios asociados a los sistemas de dirección a las cuatro ruedas mitigando derivas, al tiempo que ahorraba peso respecto a un sistema de dirección activa trasera.
El Mazda MX-3 no gozó de muchísimo éxito en nuestro país, también debemos tener en cuenta que era una etapa muy temprana de estos coches en nuestro país, por lo que no será fácil encontrar muchas unidades. Por el contrario, lo que sí será fácil es encontrarlos baratos.
Las dificultades a la hora de encontrar piezas y el relativo desconocimiento del modelo han logrado que se mueva en una franja inferior a los 3.000 euros en unidades con buena presencia y con el propulsor V6.
Carlos Pascual
El olor a lubricantes y gasolina quemada han atraído a Carlos desde su niñez, por ello decide consagrar su vida a los coches: una forma de comunicarse, de disfrutar, de vivir.Yo creo que aquí llegó también una versión con el 1.6 16V de los 323.
Efectivamente, hubo un 1.6 con 110 cv o por ahi.
Podria ser rival del Nissan 100 y precursor de la moda Tigra/Puma