Coche del día: Lancia Y10 GT i.e.

Coche del día: Lancia Y10 GT i.e.

Un urbano con acento puramente italiano y puramente Lancia


Tiempo de lectura: 3 min.

Es llamativo comprobar que antes había versiones deportivas hasta debajo de las piedras, casi cualquier coche tenía una versión deportiva, aunque fuera un pequeño modelo destinado a pasar sus días en las atestadas calles de la ciudad. Ahí está, por ejemplo, el Renault Twingo RS, que no se puede decir que fuera brutalmente potente, pero con 133 CV y unas suspensiones bastante duras, ofrecía un conjunto bastante interesante.

Si no vamos un poco más atrás en el tiempo, podremos comprobar como esas versiones deportivas eran más abundantes, incluso en modelos que no había sido diseñados para ser deportivos, como por ejemplo el Lancia Y10, cuya historia comienza con el logo de Autobianchi. Este pequeño automóvil, cuyo estilo y configuración es puramente italiano –italiano de los 90, todo sea dicho–, se lanzó al mercado para reemplazar al Autobianchi A112 con unas características que podríamos definir como “muy Lancia”, pues apostaba por un conjunto con una elegancia y unos detalles muy personales.

lancia y10 gt i e (2)

Ese Autobianchi Y10 se vendió fuera de Italia como Lancia Y10 y entre sus particularidades, contaba con una versión turbo con 86 CV que, hoy día, podría parecer poca cosa, pero que en su momento era toda una declaración de intenciones –relación peso potencia de unos 9,1 kg/CV–. Sin embargo, la puesta a punto general del chasis no estaba al nivel del motor y no aceptaba de buen grado una conducción deportiva. Lancia tenía una notable historia en competición y sabía hacer deportivos, es algo que nadie duda, pero con el Y10 no se buscó eso, sino ofrecer un coche “pintón” con unas buenas prestaciones; no se pretendía que fuera deportivo.

Para 1989, ya sin Autobianchi, el Lancia Y10 sigue su camino comercial con una ligera revisión general, que provoca el adiós a la versión turbo. A cambio, el Y10 adopta el propulsor Fire de 1,3 litros y una nueva configuración que lo hace más homogéneo y más apto para tomar las rotondas de la gran ciudad más rápido de lo que recomienda la lógica. No obstante, se pierde algo de potencia y par: 75 CV a 5.750 revoluciones y 100 Nm a 3.250 revoluciones son las cifras que anunciaba el Lancia Y10 GT i.e. Presumía de una culata fabricada con aluminio e inyección electrónica Bosch L 3.2 Jetronic.

Los Lancia Y10 GT i.e. son fáciles de identificar, porque todos van con el portón del maletero de color negro, tienen intermitentes delanteros blancos y la calandra recibe un pequeño reborde de color rojo. De origen montaba llantas de chapa con embellecedores, pero en opción había llantas de aleación, siempre con 14 pulgadas de diámetro. El equipamiento tenía volante regulable en alguna, tapicería en tonos rojos y negros, cierre centralizado en opción, elevalunas eléctricos…

El Lancia Y10 GT i.e. no era un deportivo, era un elegante urbano con un motor de última generación y unas prestaciones muy dignas, pero no era un deportivo. Buscaba un posicionamiento más “chic”, más premium, para lo que hacía falta algo de potencia, pero en su categoría con 75 CV era más que suficiente para hacer un 0 a 100 km/h en 13 segundos y alcanzar los 170 km/h. El kilómetro con salida parada lo hacía en 34,4 segundos.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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