Quien pensara a mediados de los ochenta en acudir a zonas nevadas o de difícil tránsito sin renunciar a un ápice de estilo o elegancia, no podía más que ver al Lancia Y10 4WD como una opción más que interesante. De hecho, nos atreveríamos a traer esta misma opinión a nuestros días. No en vano, este excelente diseño del segmento A ya puede ser considerado una pieza de colección. Ideal para quienes quieran introducirse en el mundo de los clásicos con un automóvil tan atractivo como escaso sin, al mismo tiempo, renunciar a poder usarlo frecuentemente debido a su practicidad y sencillo mantenimiento.
Es más, aunque por prestaciones sería la versión Turbo la opción más adecuada para cualquier coleccionista, el Lancia Y10 4WD aporta condiciones de agarre muy interesantes para conducir por carreteras reviradas con el firme mojado. En suma, un coche de lo más aconsejable si quieres disfrutar mucho por muy poco en carreteras comarcales del norte peninsular. No obstante, lo mejor será centrarnos en la génesis de este vehículo antes de que seguir mostrando, aún más, nuestra clara debilidad por los modelos que han hecho de Lancia una de las marcas más icónicas para el automovilismo europeo.
Así las cosas, lo primero a tener en cuenta es cómo en 1985 el Lancia / Autobianchi Y10 – comercializado bajo una marca u otra según el país – nació para dar relevo al histórico A112. Uno de los diseños subcompactos más celebrados en toda la historia de Italia, con versiones tan afinadas y vibrantes como la ofertada por Abarth. De hecho, ésta fue la primera creación de la casa del escorpión tras ser absorbida definitivamente por el Grupo FIAT en 1972. Con todo ello, el listón estaba alto. Además, FIAT no sólo quería lanzar una alternativa más lujosa y cómoda al espartano Panda. También quería hacer una especie de síntesis en miniatura de la identidad forjada por Lancia durante décadas. Es decir, el Y10 estaba llamado a ser un modelo elegante y distinguido a pesar de su pertenencia al segmento A.
Sin duda no se trata de un todoterreno puesto que no se ideó para negociar pronunciados ángulos de ataque. Sin embargo, su tracción diseñada por Steyr es muy efectiva en terrenos resbaladizos
Lancia Y10 4WD, la versión con más agarre
Cuando finalmente apareció el Y10 en 1985 sus múltiples detalles confirmaban el éxito del proyecto. Además, en materia de practicidad era realmente sobresaliente gracias a un diseño donde la habitabilidad resultaba excelente aún a pesar de ser un vehículo realmente pequeño. Para ello, el diseñador Tom Tjaarda – recordado por sus diseños para De Tomaso o el FIAT 124 Spider – dispuso las ruedas lo más distanciadas posible, reduciendo los voladizos y abriendo así un amplio espacio diáfano para el habitáculo.
Asimismo, la apertura del maletero lucía un fácil acceso al mismo. No obstante, más allá de la carrocería el Lancia Y10 contaba con una interesante oferta de motores que arrancaban en la versión FIRE con 999 centímetros cúbicos para llegar a opciones con hasta 1,3 litros. Entre medias, en 1986 llegó la variante Turbo con un motor de un litro diseñado por el legendario Aurelio Lampredi. El mismo que consiguiera popularizar las mecánicas con cuatro cilindros en Ferrari como opción alternativa a los dominantes V12 de Gioacchino Colombo.
No obstante, centrándonos en el Lancia Y10 4WD evidentemente lo más destacable era su sistema de tracción a las cuatro ruedas. Básicamente, el mismo que había diseñado la austriaca Steyr para ser montado en el Panda 4×4. Asimismo, una de sus ventajas era su posible uso a antojo, conectándolo o no según las necesidades del momento gracias a un simple botón instalado en el tablero.
Hoy en día éste es un modelo de lo más interesante para quienes quieran acceder al mundo de los clásicos con una versión escasa de un modelo muy conocido
En lo referido a la mecánica, el Lancia Y10 4WD montó un bloque FIRE con 99 centímetros cúbicos capaz de entregar 50 CV a 5.500 revoluciones por minuto. En relación al comportamiento sobre firmes complicados, obviamente no estamos hablando de un todoterreno. Es decir, la capacidad de abordar ángulos de ataque o salida muy pronunciados no estaba al alcance de este modelo con una altura al suelo similar a la entregada por el resto de compañeros de gama. Sin embargo, la tracción 4WD diseñada por Steyr daba la misma capacidad de agarre demostrada por los Panda 4×4. En suma, es un pequeño modelo muy efectivo sobre suelos deslizantes. Sin duda, un clásico más que interesante para quien desee iniciarse en la afición por el automovilismo histórico.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS