Coche del día: FSM Beskid

Coche del día: FSM Beskid

Curiosamente, este prototipo polaco de mediados de los ochenta fue el punto de partida para el Renault Twingo


Tiempo de lectura: 4 min.

Cuando se presentó ante la prensa hace justo ahora tres décadas, el Renault Twingo apareció como un modelo sumamente simpático con el que la casa del rombo al fin presentaba un utilitario urbano capaz de cumplir con la misión de ser el acceso a la gama del fabricante. Sin embargo, fueron muy pocos los periodistas que ataron los cabos necesarios como para saber que este optimista francés de los noventa bebía, directamente, de un ensayo nacido en la Polonia comunista de los ochenta. Hablamos del FSM Beskid. Uno de los diseños más interesantes en toda la producción automovilística del este de Europa. Dejado en la estacada por la fábrica estatal que lo ideó, aunque por fortuna retomado por Renault de cara a presentar uno de los modelos populares más recordados en su historia reciente.

Pero vayamos paso a paso. Y es que, para empezar a contar la historia del modelo que inspiró al Renault Twingo, hemos de trasladarnos al Turín de los años sesenta. Allí nos encontramos con el despacho del Avvocato Gianni Agnelli. Uno de los hombres de negocios más influyentes e inteligentes en toda la historia del automovilismo, siendo capaz de internacionalizar al Grupo FIAT sin importar barreras geográficas o ideológicas. Es decir, un empresario como en España y Cuba fuera Eduardo Barreiros. Así las cosas, Agnelli había firmado diversos contratos de fabricación bajo licencia con los gobiernos de la órbita soviética.

De esta manera, en la URSS se fabricó bajo la marca estatal VAZ lo que aquí y en Italia fue el 124. Justo en la misma forma y manera que en Polonia se lanzó el FIAT 126 bajo el nombre de Polski 126, bajo licencia. Un coche sencillo, económico y adecuado para motorizar a gran parte de la población urbana. No obstante, como todo en la vida el tiempo va pasando. De tal manera que, para comienzos de los ochenta, el 126 empezaba a estar anticuado incluso para los austeros y sencillos cánones imperantes en los países del Pacto de Varsovia. Es decir, había que crear un nuevo modelo urbano. Además, a ser posible sin la intervención de FIAT, sino diseñado enteramente en Polonia para evidenciar así la ambición industrial del régimen imperante.

fsm beskid (3)

Concebido para sustituir al 126 realizado bajo licencia FIAT, este prototipo fue finalmente clausurado por la inestabilidad financiera propia de los últimos días de la Polonia comunista

FSM Beskid, un diseño tan adelantado como inesperado

Cualquiera que haya entrado en un Mini clásico sabrá que las apariencias engañan. Esta vez a favor. Y es que, por sorprendente que pueda parecer, incluso un conductor con más de 1,85 metros de estatura puede acomodarse con cierta facilidad en su puesto de conducción. No en vano, a pesar de su escueto tamaño el Mini ofrece una excelente habitabilidad en la misma forma y manera que el BMC 1300.

Eso sí, todo ello tiene una fácil explicación cuando nos fijamos en sus ruedas. Escuetas en su diámetro, cierto. Pero también sabiamente colocadas en los extremos del coche. De esta manera, no sólo se reducen los voladizos, sino que, sobretodo, se posibilita la creación de un amplio habitáculo donde parecía que no podrían entrar más que unos niños. Además, en el caso del FSM Beskid todo se envolvió con una ingeniosa carrocería monovolumen.

Y bueno, la verdad es que esto no deja de ser especialmente curioso para comienzos de los ochenta. Entre otras cosas porque el FSM Beskid contó con arduos análisis aerodinámicos en el túnel de viento, logrando un llamativo coeficiente de 0,29 Cx. Con todo ello, su carrocería se presentó como la de un monovolumen compacto sobre la base de un automóvil del segmento A. Obviamente, una solución de lo más inteligente para el ámbito urbano.

fsm beskid (2)

Al poner las ruedas en los extremos, se lograba un sorprendente espacio para el habitáculo. Justo en la misma forma y manera que años antes había hecho BMC con algunos de sus modelos

Sin embargo, cuando para 1987 ya se estaba ensayando con el tren motriz que se debería incorporar finalmente, el proyecto del FSM Beskid fue clausurado por un gobierno polaco cada vez más contra las cuerdas debido a la acción conjunta de la oposición y el propio deterioro económico de un entramado productivo anquilosado. Así las cosas, se llegaron a destruir casi todos los prototipos. Por fortuna, además de los planos sobrevivieron dos unidades. Punto de partida para el diseño de lo que sería el Renault Twingo en 1992, renovando la zona inferior de la gama ofertada por la casa del rombo con su diseño útil, inteligente y sumamente desenfadado. Todo ello con una inesperada raíz polaca. ¡Quién lo diría!

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Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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