El Ford F-150 SVT Lightning es una consecuencia de diferentes causas. Por un lado, lo mismo que dio vida a los SUV: la gente se compra un pick-up para usarlo por asfalto y sin transportar nunca nada; por otro lado: la pasión de los estadounidenses por ponerle un motor V8 a todo lo que tenga ruedas y destruir neumáticos como si fueran gratis. Y seamos sinceros, ¿no te gustaría ponerte a los mandos de una F-150 SVT Lightning?
Hay ocasiones en las que no sirve de nada la razón, momentos en los que merece la pena dejarse llevar y hacer cosas locas y apasionantes. Incluso en el mundo de los negocios algo así puede funcionar, hay muchos ejemplos de ello, sobre todo en el mundo del automóvil. Si no, ¿de dónde salen coches como el Audi RS2? Sí, vale, el RS2 también tenía otros objetivos, como llamar la atención o posicionar a la marca en un determinado segmento, pero se podría haber hecho sobre la base de un sedán, ¿no? Pues eso, hacer cosas locas y pasionales.
Esa es la base del Ford F-15’ SVT Lightning, una pizca de locura y otra pizca de pasión, para dar vida a una de las versiones más geniales del que fue, durante algunos años, el vehículo más vendido del mundo –y eso que se vendía solo en Estados Unidos–. Es un pic-up deportivo, y cuando decimos “deportivo”, no la deportividad que ofrece el típico acabado dentro de la gama, es un pick-up deportivo con todas las de la ley: motor-transmisión, suspensiones, frenos, estética… Sirva como adelanto la monta de ruedas. Las llantas son de 18 pulgadas calzadas con neumáticos Goodyear Eagle en medidas 295/45 ZR. No son ruedas de pick-up…
La primera vez que apareció un vehículo semejante fue en 1993, y entonces, ya montaron un V8 de casi seis litros con 240 CV y 460 Nm de par. Sin embargo, para la F-150 SVT Lightning de 1999 se pusieron algo más serios. Los ingenieros de la división SVT de Ford –Special Vehicles Team– pensaron que sería buena idea recurrir a un V8 de 5,4 litros sobrealimentado por compresor, capaz de rendir 380 CV a 4.750 revoluciones y 610 Nm de par a 3.250 revoluciones, gestionado por un cambio automático con convertidor de par –con bloqueo– de cuatro relaciones. Y ojo, que a pesar de tener solo cuatro relaciones y de saber que los cambios automáticos yankees de los 90 son lentos hasta decir basta, el F-150 SVT es capaz de plantarse en los 100 km/h desde parado en menos de 5,5 segundos. Los 160 km/h desde parado los alcanza en poco más de 12 segundos, los 400 metros los completa en 13,8 segundos –con una velocidad de salida de casi 170 km/h– y su velocidad máxima está limitada a 230 km/h.
¿Qué lógica puede tener un pick-up con aspiraciones deportivas y un motor de 350? Es evidente que ninguna, y por eso resulta tan genial
Como es un pick-up, un vehículo pensado para llevar carga, el trabajo para que pudiera gestionarse tanto caballaje sin perder el control al primer acelerón fue importante. Para empezar, se montaron muelles de 650 libras por pulgada, más o menos, más de 100 kilos por centímetro, acompañados de amortiguadores Bilstein. Atrás, se cambiaron las ballestas por unas más rígidas y con cinco hojas –tres hojas en cualquier otro F-150– y se montó una estabilizadora trasera de 23 milímetros.
Los frenos, por ejemplo, procedían del Ford F-250 Super Dutty, una bestia enorme, casi un camión, cuyos discos delanteros eran de 308 milímetros, mientras que los traseros llegaban a 334 milímetros; el diferencial tenía deslizamiento limitado.
El Ford F-150 SVT Linghtning no era un coche ligero, pues rozaba los 2.200 kilos –hoy día andaría en la media de los coches de su tamaño–, y era capaz de remolcar casi 2.300 kilos. Un sin sentido auténtico, que la revista Car and Driver, en su edición norteamericana, pudo probar y entre otras cosas, afirmaron que, aunque veloz, no era nada impresionante para ser un deportivo, pero que para ser un pick-up, era un auténtico espectáculo, sobre todo en el cuarto de milla, que fue más rápido que un Mustang Cobra SVT.
Como curiosidad, también afirmaron que con nieve, el F-150 SVT Lightning es un horror, un detalle que en España no es muy preocupante, aunque en cuanto tenemos algo de nieve los todoterreno –y las pick-up–salen a pasear. En Estados Unidos nieva mucho más que aquí y se trata de un dato a tener en cuenta, sobre todo cuando hablamos de un pick-up, un vehículo que, en teoría, debería estar preparado para condiciones similares.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".El coche de Brian en la primera película de “Fast and Furious” según creo. Bastante bonito y “padre” espiritual del “Raptor”. La demostración de que un coche tiene encanto por que es algo que va más allá de lo meramente “útil”.