Ford es una fabricante que comercializa sus coches en España desde hace una enorme cantidad de tiempo. Llegó antes que nadie, muchas décadas antes de construir la fábrica de Almussafes, pues llegó a España con el Ford T, al cual, se le llamó “pedales”. Desde aquello, que incluso supuso la fabricación del Ford T en España, hasta nuestros días, han pasado muchas cosas, como cabe esperar. Han sido décadas y millones de automóviles han pisado las carreteras españolas.
Uno de los que más éxito han tenido, sin contar, por supuesto, el Ford Fiesta o los posteriores SUV, fue el Ford Escort, aunque en España debemos contar desde la tercera generación, ya que las anteriores llegaron con cuentagotas. Y en especial, la quinta generación, del que todavía, en pleno Siglo XXI, se pueden ver unidades por las calles. Realmente se ven muy pocas, han pasado más de 30 años desde su lanzamiento, pero el caso de que hay gente que lo conserve como su coche “para todo” y no como clásico o como simple juguete, dice mucho de la fiabilidad del modelo.
El Ford Escort MK5 apareció en septiembre de 1990 y, en teoría, Ford había trabajado arduamente para poder plantar cara a la última hornada de modelos, que había convertido el segmento de los compactos en uno de los más competidos de Europa. Se basaba en su generación anterior, que fue el segundo Ford Escort con tracción delantera y como aquel, contó con una buena variedad de versiones y carrocerías –tres y cinco puertas, más el sedán que recibía la denominación de Ford Orion, familiar y descapotable–.
Comparado con la generación anterior, el Escort MK5 mantenía las formas y los volúmenes básicos, incluido la pequeña cola truncada, pero lucía mucho más moderno y parecía mucho más grande. También estrenó un nuevo eje trasero por barra de torsión y recuperó una denominación mítica con el Ford Escort RS2000.
Sin embargo, esta nueva generación del compacto yankee no salió como se esperaba y recibió bastantes críticas, a pesar de no ser un mal coche. El diseño exterior ni gustó, tampoco convención por sus motores ni por su conducción, a pesar de los esfuerzos de la marca por mejorar la oferta. En 1992, por ejemplo, llega la familiar de motores Zeta, que luego pasaron a llamarse Zetec, y con ellos, los Escort XR3i. En 1992 también se presenta el mítico Ford Escort RS Cosworth.
A finales de 1992, en el mes de septiembre, se dio a conocer un restyling del modelo, al cual se le conoció como Ford Escort MK5b, con el que se buscaba paliar todas esas críticas que había recibido el coche. Fue cuando apareció la calandra ovalada y los grandes pilotos traseros con sus formas abultadas. Este diseño contó con mejores críticas, aunque también recibió algunos cambios al poco tiempo de estar en el mercado –el Ford Escort MK6 llegó en 1996–.
En ocasiones, hay quien considera el restyling del Escort MK5 como una nueva generación, cuando en realidad no lo es, pues a excepción del diseño y de algún cambio menor, todo es igual en ambos modelos.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS