El FIAT Regata ES –por Energí Saving–, será recordado siempre por ser el primer automóvil de producción en incorporar un sistema star & stop, es decir, que cuando se detiene, por ejemplo, en un semáforo y se pone el cambio en punto muerto, el motor se para, para arrancar después cuando se pisa el embrague.

Hoy día es un sistema absolutamente común, nada del otro mundo, que para colmo, no termina de funcionar bien nunca. Sin embargo, en aquel momento, como resulta comprensible, fue toda una novedad. De hecho, como hemos dicho antes, el FIAT Regata ES siempre será recordado por incorporar el primer sistema de arranque y parada. El caso es que quedarse simplemente ahí es bastante injusto, ya que había más cosas en ese modelo que ya adelantaban muchas soluciones que hemos podido ver a lo largo de los años como “novedades”.

El FIAT Regata apareció a comienzos de la década de los 80, concretamente en 1983. Ya habían pasado unos años desde que todo se viera afectado por la crisis del petróleo, pero los usuarios quedarían “marcados” para siempre y exigían vehículos que cada vez gastaran menos. Es aquí cuando se comenzó con el desarrollo de todo tipo de soluciones para, por un lado, reducir consumos, y por otro, no perder prestaciones.

Con el Regata ES, FIAT ponía en práctica diferentes ideas, con el objetivo de reducir los consumos sin que se perdieran prestaciones por el camino. O mejor dicho, para que no se perdieran muchas prestaciones, pues hay cosa que afectan al rendimiento y no se puede remediar.

La base de partida era el Regata 70, equipado con el motor de 1,3 litros y 68 CV. A este motor, de carrera supercorta –55,5 milímetros por 86,4 milímetros de diámetro–, se le realizaron algunas modificaciones para hacerlo más eficiente. Se bajo la compresión de 9,6 a 9,1;1, se montó una distribución con ángulos de apertura y cierre de válvulas ligeramente modificados, se cambió el mapa del encendido, que además, pasó a ser un Digiplex.

Así, la potencia bajó ligeramente hasta los 65 CV, se mantuvo la misma cifra de par al mismo régimen –100 Nm a 2.900 revoluciones˜, pero se bajaron los consumos. El sistema de arranque y parada, llamado “Citymatic”, se podía activar pulsando un botón y para que funcionara, además de las diferentes pruebas que llevaron a cabo los ingenieros, hubo que modificar la batería, que pasó de 55 a 65 A, y se instaló un motor de arranque sobredimensionado.

No obstante, todos sabemos que con esto no basta para reducir consumo, y entonces también se sabía, lógicamente. Por eso, el FIAT Regata ES tenía unos embellecedores casi planos –solo tenía unos pequeñas aberturas para la refrigeración de frenos–, las ventanillas estaban dotadas de derivabrisas, que buscaban reducir las turbulencias en la zona de las ventanas cuando estas se bajaban y sobre la tapa del maletero se instaló un discreto spoiler que, igualmente, buscaba reducir las turbulencias en la parte trasera.

¿Se logró reducir los consumos? Pues sí, pero como cabe esperar, no fue tan espectacular como da a entender tanto cambio. Según una prueba de la revista autopista –número 1.320, del 3 de noviembre de 1984–, el consumo fue de 7,03 litros cada 100 kilómetros. Hoy es el consumo medio de cualquier automóvil con motor de gasolina, pero en aquellos años no, además, no debemos olvidar que el FIAT Regata ES tenía alimentación por carburador, ni por inyección…