El FIAT 2300 Lusso podría, a simple vista, confundir a un aficionado poco avezado o desconocedor del modelo, pues tiene una imagen casi calcada a “nuestro” SEAT 1500. Un diseño claramente inspirado en los haigas yankees, en aquellos coches estadounidenses de grandes proporciones, muchos cromados y toda clase de aletas y elementos estéticos que no solo hacían hincapié en el poderío de Estados Unidos allá por los 50 y 60, también hacían guiños al mundo aeroespacial.
Los amantes y seguidores de SEAT, sobre todo de sus años franquistas, cuando más auge tuvo la firma nacional, sabrán de sobra que todos los coches que fabricaba la Sociedad Española de Automóviles de Turismo tenía mucha relación con FIAT. De hecho, eran modelos italianos fabricados en tierra patria y con el logotipo de SEAT. Es, básicamente, lo que ocurrió con el 1500, que además solo tuvo una motorización, no como en Italia, donde la carrocería del SEAT 1500 tuvo diferentes variantes, entre las que destacaba especialmente el FIAT 2300 Lusso, una evolución del FIAT 2100 que presumía de nada menos que 105 CV.
Es obvio que 105 CV a día de hoy no es gran cosa, pero estoma en 1963 y el FIAT 2300 Lusso es un automóvil imponente, de una categoría que podríamos tildar de “premium” y al alcance de muy pocos conductores. Era un coche de lujo, de alta gama, con un diseño que dejaba a las claras que no era un coche normal. Lucía un frontal con dos faros circulares a cada lado –que heredaría el SEAT 1500 “bifaro” en 1968– y una enorme calandra cromada que le otorgaba una mirada prepotente y altiva, en claro paralelismo con su categoría.
Aunque estéticamente era casi indistinguible del 1500 de SEAT, el FIAT 2300 Lusso era mucho más potente, más lujoso y más sofisticado
Bajo el capó estaba el origen de esos 105 CV, un motor de seis cilindros en línea con culata de aleación y dos válvulas por cilindro, mientras que el árbol de levas estaba situado en el lateral del bloque y mandaba su movimiento mediante varillas y balancines. Desplazaba 2.279 centímetros cúbicos y se alimentaba mediante un carburador para rendir esos mencionados 105 CV a 5.300 revoluciones junto a 17 mkg de par a 3.000 revoluciones –unos 170 Nm–. Era capaz de ponerse a 160 km/h y de completar el 0 a 100 km/h en 13,8 segundos, cifras importantes para un coche de su tipo en los años 60, que demostraban que el FIAT 2300 Lusso era algo especial.
Esa mayor potencia, además de ofrecer mayores prestaciones, también obligaron a llevar a cabo ciertos cambios. Por ejemplo, se montaron frenos de disco en las cuatro ruedas rótulas de lubricación permanente, nuevos tarados de suspensión y hasta dirección asistida en opción. También se podía montar una caja de cambios automática con tres relaciones e incluso aire acondicionado.
Bello como solo puede serlo un coche de los años 60, el FIAT 2300 Lusso es un vehículo muy raro de encontrar en España, donde las importaciones, recordemos, no eran nada fáciles. Aun así, hay unidades matriculadas en nuestro país que no deben ser confundidas con un SEAT 1500, para lo cual, solo habría que mirar los pilotos traseros, el embellecedor de la cerradura del maletero o los topes de goma en los paragolpes, inexistentes en el modelo español.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS