Coche del día: Fiat 128 3p Berlinetta

Coche del día: Fiat 128 3p Berlinetta

Un desenfadado y divertido coupé demasiado espartano


Tiempo de lectura: 5 min.

El Fiat 128 3p Berlinetta se dio a conocer en 1975 y era una evolución del 128 Coupé. Su portón trasero le dotaba de una gran versatilidad, cuyo diseño provocó un aumento de la longitud de la carrocería de 30 mm respecto al 128 normal, que iban casi en su totalidad a ofrecer mayor espacio a los pasajeros traseros.

Su presentación general, así como su nivel de equipamiento, era bastante pobre, acorde con la situación de Fiat en particular y de toda la industria automovilística italiana a mediados de los 70. Por no llevar, no llevaba ni un cuentakilómetros parcial o un miserable reloj. Al menos los acabados eran correctos, no criticables.

En cuanto a su línea general, el frontal ofrecía dos grupos de faros redondos dobles y un paragolpes cromado protegido por una goma negra, con unos intermitentes rectangulares encastrados en las esquinas. Lateralmente mostraba una cintura alta, con un capó prominente que reducía la visibilidad hacia adelante. Los asientos iban en una posición baja, lo que unido al fino mullido provocaban una falta de visibilidad lateral.

Fiat 128 3p Berlinetta 3

Su bonita línea coupé de tres puertas adolecía de buena visibilidad desde su interior, y el equipamiento era más pobre de lo que se merecía un coche de esta naturaleza

Detrás, más de lo mismo, a causa de la gran inclinación de la luneta trasera. Los pilotos estaban agrupados de tres en tres a ambos lados de la matrícula, de diseño trapezoidal. El paragolpes también era cromado, con su correspondiente defensa de goma.

La carrocería era de tipo monocasco autoportante, y el peso total del coche era de 855 kg, con un reparto de pesos 59/41. No era un mal reparto para tratarse de un tracción delantera. Sus dimensiones eran 3.830 mm de largo, 1.560 mm de ancho y 1.310 mm de alto. La batalla era de 2.223 mm y las vías delantera y trasera eran 1.325 delante y 1.333 mm detrás.

Se ofrecía con dos mecánicas, ambas con cuatro cilindros en posición delantera transversal, inclinado 20º hacia adelante. La primera llevaba una cilindrada de 1.116 cc, y la segunda 1.290 cc. La más interesante era la de 1,3 litros, que en un principio entregaba 75 CV a 6.600 RPM y 96 Nm a 3.600 RPM de par motor, pero a la que se sometió a unos pequeños cambios, disminuyendo la potencia hasta los 73 CV a 6.000 RPM y aumentando el par hasta los 100 Nm a 3.900 RPM.

Fiat 128 3p Berlinetta 2

La distribución era mediante un árbol de levas en cabeza movido por una correa dentada, y la alimentación por un carburador de doble cuerpo Weber 32 DMTR, con starter manual. La refrigeración era por agua, completada por un ventilador eléctrico. La potencia se transmitía a las ruedas delanteras mediante una caja de cambios manual de cuatro marchas.

La dirección era de cremallera, con 3,5 vueltas de volante y 7,75 metros de radio de giro. El esquema de suspensiones era independiente, de tipo McPherson delante, muelles y amortiguadores hidráulicos, mientras que detrás también era independiente con brazos triangulares inferiores, un ballestón transversal como elemento elástico y amortiguadores hidráulicos. En el apartado de los frenos el eje delantero contaba con discos, atrás se conformaba con tambores, de doble circuito en ambos ejes y asistido por servofreno. Las ruedas llevaban neumáticos de medidas 145 SR 13.

Veamos cómo iba este pequeño coupé. Alcanzaba una velocidad máxima de 157 km/h y alcanzaba los 100 km/h desde parado en 12,4 segundos, tomándose 35,4 segundos para recorrer los 1.000 metros desde parado. En cuanto a sus recuperaciones, necesitaba 19,6 segundos para recorrer 400 metros en cuarta desde 40 km/h y 37 segundos para recorrer 1.000 metros.

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Con el motor de 1,3 litros y 75 CV rozaba los 160 km/h de velocidad punta, con unos consumos ajustados para la época. Su comportamiento dinámico era bastante bueno, aunque su dura suspensión y el ruido que se filtraba desde el motor no lo hacía recomendable para los viajes largos

El manejo de la palanca de cambios era duro, pero sin problemas de sincronización. En segunda a fondo rozaba los 80 km/h de velocímetro, y en tercera superaba los 120 km/h. El nivel sonoro era aceptable tirando a alto, por lo que no le hubiese venido mal algo más de material fonoabsorbente. Respecto a sed en carretera, a 90 k/h de crucero gastaba 7,7 l/100 km, subiendo hasta los 10,3 l/100 km a 120 km/h de crucero. Casi a tope, a 150 km/h de crucero aumentaba hasta los 15 l/100 km.

Sus cualidades ruteras eran buenas, con una tendencia al subviraje muy atenuada. Como la mayoría de los coches de tracción delantera resultaba muy estable en línea recta, poco sensible a los vientos laterales, con una dirección algo dura de manejo en giros bruscos o en cambios bruscos de trayectoria.

Aceptaba una conducción deportiva y era difícil perder el control salvo que hiciésemos el burro con él. En firme mojado no reaccionaba de forma inesperada, y las curvas cerradas tomadas a buen ritmo no implicaban una pérdida de motricidad de la rueda interior, teniendo en cuenta que el diferencial era abierto.

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La suspensión era durita, como en la mayoría de los modelos de Fiat. Las curvas las digería sin excesivos balanceos, pero en cuanto circulábamos por firme en mal estado la rigidez de la misma resultaba casi un suplicio para los ocupantes. Los frenos resultaban potentes y efectivos a pesar de no llevar discos en el eje trasero.

En resumidas cuentas, este Fiat 128 3p Berlinetta destacaba por sus buenas prestaciones, estabilidad y frenos, mientras que en el otro lado de la balanza brillaban por su ausencia un insuficiente equipamiento, una suspensión dura y un motor ruidoso.

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Sobre mí

Ginés de los Reyes

Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...

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