El BMW Serie 3 es toda una institución dentro de la propia BMW y para la propia industria también, que tiene en el M3 su mayor representante y su versión más deseada. No en balde, el M3 apareció hace décadas para homologar el Serie 3 en competición y se trata de la versión más deportiva de la gama. De todas formas, el M3 no es el único que merece la pena dentro del catálogo del BMW Serie, haya otras versiones que, sin llegar a las prestaciones y la imagen de la variante de BMW M, también son una opción muy a tener en cuenta.
La Serie 3 de la Bayerische lleva más de 40 años en el mercado y casi cualquier variante que hay en el catálogo es una opción interesante. Pero cuando te gustan los coches prestacionales, no siempre vale todo, y eso que la gama del Serie 3 no está precisamente “coja”. Pero para la ocasión, nos vamos a ir a finales de 2015, cuando aparece la renovación del F30, un restyling que afectó ligeramente a su imagen y a sus motorizaciones. Fue en ese momento cuando desapareció el BMW 335i, que tantos éxitos ha cosechado entre los amantes del modelo alemán, y se puso en su lugar el BMW 340i. La versión más potente de la gama, antes de llegar al M3, cambiada de denominación, pero mantenía la esencia, que era ofrecer la deportividad típica de la marca, sin tener que recurrir a lo máximo como era el M3.
El BMW 340i xDrive M Sport, que era el nombre completo –también se le conoce como BMW M340i xDrive, que es como se llamaría después–, adoptaba el propulsor de seis cilindros en línea de tres litros –2.998 centímetros cúbicos– con 326 CV a 5.500 revoluciones y 450 Nm de par entre 1.380 y 5.000 revoluciones, el cual se combinaba con el cambio manual de seis relaciones o bien, con el automático Steptronic de ocho marcas. Con el cambio manual, la marca anunciaba un 0 a 100 km/h en cinco segundos y una velocidad máxima de 250 km/h –limitada–. Los 200 km/h los alcanzaba en 17,5 segundos y completaba los 400 metros con salida parada en 13,2 segundos.
Comparado con sus rivales, era el menos potente de su categoría, donde se las tenía que ver con el Jaguar XE S, el Mercedes C450 AMG Sport y el Audi S4 –B8–, que contaban con potencias que iban desde los 333 CV del Audi, hasta los 367 CV del Mercedes C450 AMG Sport. Sin embargo, esto no quiere decir que sea el menos deportivo de todos, la potencia no indica la deportividad de un automóvil y además, las capacidades de BMW para lograr que sus coches tengan ese tacto especial en la conducción, son de sobra conocidas.
Técnicamente era el mejor preparado para ser eso, deportivo. Solo la posición del motor, casi debajo del salpicadero –por detrás del eje delantero, como en todo BMW con motor longitudinal– ya permitía que el reparto de pesos fuera mejor que en sus rivales, sobre todo frente al Audi, y eso que su motor V6 permitió a los ingenieros retrasarlo dentro del vano motor. Aunque también cabe destacar que no era el más ligero dados sus 1.675 kilos en báscula. Algo normal, no obstante, cuando estaba equipado con la tracción total xDrive ya conocida de la marca.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS