El AC Ace V8 fue el último intento por parte de la marca británica de seguir viva en el segmento de los roadster, dejando atrás una gloriosa historia con sus míticos AC Cobra o Aceca, y al antecesor del que hoy os traemos a esta sección, el Ace Brooklands, que ya no gozó del éxito esperado por la marca con apenas 60 unidades fabricadas.
Aun así, AC es en 1996 adquirida por Alan Lubinsky, un empresario sudafricano que creía firmemente en las posibilidades de la marca y sus modelos ,y que empieza por remodelar el Ace Brooklands, presentando esta nueva versión denominada Ace V8 en el Salón de Londres de 1997 y poniéndose a la venta unos meses después bajo pedido, ya que su construcción era prácticamente artesanal y al gusto del cliente.
En el nuevo V8 se habían modificado bastantes aspectos respecto al anterior Brooklands, primeramente buscando una imagen más afilada y actual y por otro reducir los costes de fabricación, ya que era muy difícil competir de tú a tú con los deportivos europeos en este aspecto.
El AC Ace V8 fué la última carta que jugó la marca británica dentro del segmento de los roadster de lujo, intentando darle la réplica a rivales de renombre como su paisano, el Jaguar XK
Un nuevo frontal rediseñado, con paragolpes y faros de nueva factura, así como el capo y parrilla inferior, conseguían rejuvenecer el aspecto del roadster británico respecto a su versión de 1993. También en el interior y acabados se habían realizado diferentes cambios, confiriéndole una mayor calidad y ajuste general en este apartado.
Ensamblado en la factoría de Coventry, AC Car Group Ltd., que era el nombre bajo el cual fabricaba ahora la marca británica, había firmado varios acuerdos para traer componentes de su nuevo Ace V8 fabricados en Sudáfrica, entre ellos el chasis elaborado en acero, con el fin de ahorrar costes y hacerlo lo más competitivo posible, frente a rivales de renombre como el Mercedes-Benz SL (R230) o su compatriota, el Jaguar XK, entre otros.
Mecánicamente, la nueva firma optó por un valor seguro, los motores de Ford que se montaban en los Mustang del momento. Un bloque V8 de 5 litros capaz de rendir 240 CV en su versión básica, aunque se tenía la opción de la misma mecánica con sistema de sobrealimentación gracias a un compresor Eaton, logrando subir la potencia hasta los 326 CV a 5.700 RPM y un par de 520 Nm a 3.500 RPM.
Uno de los aspectos en los que se centró la nueva compañía liderada por Lubinsky fue el de ahorrar costes, intentando de este modo hacer del nuevo Ace V8 un vehículo más competitivo dentro del segmento de los roadster
La configuración mecánica del AC Ace portaba el motor en posición delantera y la potencia se mandaba a las ruedas traseras, gracias a una caja de cambios manual de seis relaciones Borg-Warner. Evidentemente, la puesta a punto de chasis y suspensiones debía estar a la altura si queríamos exprimir al máximo la mecánica del británico.
AC dispuso de un esquema de triángulos superpuestos tanto en el tren delantero como en la zaga, además de resortes helicoidales, amortiguadores telescópicos (dos por rueda en la parte trasera) y estabilizadora en ambos ejes, para conferirle una estabilidad y aplomo acorde al potencial de su propulsor.
Las cotas finales del AC Ace V8 quedaban en una longitud total de 4.420 mm, siendo la distancia entre ejes de 2.472 mm. Por su parte la altura máxima se quedaba en apenas 1.300 mm y el ancho total en 1.930 mm, alcanzando un peso final de 1.578 kilogramos, algo que le restaba agilidad en conducción deportiva.
Las virtudes del V8 no pasaban por ser el más rápido en pista, o el que alcanzara una velocidad punta mayor, más bien se centraba en ofrecer un mundo de sensaciones más puras, que transmitidas a la conducción, hacían un deleite para los sentidos de sus futuros propietarios
Además, se equipó al nuevo V8 de un equipo de frenado de primer nivel ,con discos delanteros y traseros en medidas de 273 mm y 268 mm -respectivamente-, asistidos por ABS. Y todo ello anclado en llantas de 17 pulgadas de doble medida, calzadas con neumáticos 235/45 ZR17 y 255/40 ZR17.
Las prestaciones de aquel roadster británico, como no podía ser de otra forma, eran de primer nivel, anunciado la marca para la versión Ace Supercharged V8 una velocidad máxima de 250 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos.
Pero la realidad es que aquella versión del mítico deportivo de AC no logró su cometido. No sabemos si por su elevado precio, que rondaba los 20 millones de las antiguas pesetas en su momento, o simplemente porque no entró por el ojo de los que podían haber sido sus potenciales clientes.
El AC Ace V8 no consiguió mejorar el número de unidades vendidas de su antecesor, a pesar de haber conseguido mejorar en prácticamente todos los aspectos respecto a este
Desde finales de 1998 hasta el año 2000 la marca británica comandada por Lubinsky tan solo consiguió vender 12 unidades de aquel deportivo, algo que supuso el punto y final en aquel proyecto, no antes de intentar crear una versión coupé, denominada Aceca, del que tan solo se construyeron dos o tres unidades.
En la actualidad, y como podéis imaginar, cualquiera de estos automóviles son piezas de coleccionista que han ido revalorizándose con el paso de los años y que quedarán para la historia como el último intento de fabricar un roadster de lujo por parte de AC.
J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS