Si no te has dado cuenta todavía, es posible que no seas muy observador o, quizá, que seas de esas personas que van por libre y no hace caso de lo que se dice, pero el motor de combustión vive en estos momentos sus últimos años de vida. Si nada cambia –y deberían cambiar según están las cosas–, 2035 es la fecha límite para una tecnología que ha estado en activo durante más de 100 años. Los combustibles sintéticos –si no se inventan algo para impedirlo, que lo harán– y el hidrógeno, se presentan como posibles soluciones para mantener el tradicional propulsor de movimiento alternativo durante, ¿quién sabe?, ¿otros 100 años más?
Pero, mientras llegamos a esa fecha límite y vemos que ocurre, los fabricantes, cada uno a su estilo, afrontan un futuro con demasiadas luces y sombras. Quienes han apostado todo por la electrificación, podrían verse en serios aprietos si las cosas siguen como hasta ahora –precios elevadísimos, infraestructura deficiente, tiempos de carga inadmisibles… –, al tiempo que aquellos que todavía no quieren saber nada de electrones estarían abocados al fracaso si se mantienen firmes en su decisión y finalmente el combustible sintético y el hidrógeno no llegan a buen puerto. Y mientras tanto, los usuarios sin saber muy bien por donde tirar. Los usuarios de clase media, obviamente, los “muchimillonarios” no tienen problemas tan vulgares.
El mejor ejemplo de que los millonarios no tienen problema alguno con los motores que usen sus carísimos coches, lo tenemos en la particular guerra que mantienen Aston Martin, Ferrari y Lamborghini, en la cual, el ganador será el último en fabricar un propulsor V12 de alto cubicaje. Se podría decir que Lamborghini ya ha perdido, pues, aunque su último lanzamiento, el Revuelto, tiene un motor V12, añade hibridación, aunque lo mismo se podría decir de Aston Martin, cuyo último V12 estaba sobrealimentado. De hecho, ese motor estaba condenado a desaparecer tras la puesta en escena del Aston Martin DB12, que esconde el ya conocido V8 biturbo de Mercedes-AMG y todos apuntaba a que no volveríamos a ver un bloque con más de ocho cilindros en un modelo británico.
Sin embargo, parece que finalmente no será así, y el V12 biturbo volverá a salir a escena bajo el capó de un nuevo Aston Martin DBS, del que por ahora no sabemos nada de nada. Por ahora, lo máximo que podemos afirmar es que lo conoceremos en 2024. Ahora mismo, la compañía está inmersa en otros proyectos, como el reemplazo del Vantage o el lanzamiento del Valhalla.
Del que sí sabremos cosas muy pronto será del próximo V12 de Ferrari. La firma italiana, paladín de los V12 desde el mismo día de su fundación, trabaja en el desarrollo del reemplazo para el Ferrari 812 Superfast, el último V12 de la compañía. Con el código interno F167, lo poco que sabemos del próximo V12 delantero de Ferrari, es que mantendrá su motor atmosférico, la silueta de morro muy largo y la posición del motor, colocado por delante del habitáculo, como le gustaba a Enzo Ferrari.
No obstante, en Ferrari también está el Purosangue, que permite que la marca italiana juegue con ventaja pues el que, quizá, haya sido el coche más polémico de la historia de Ferrari, monta un motor V12 en posición delantera. Según parece, es el mismo motor que usará la próxima berlinetta con motor delantero, y convierte a Ferrari en la única marca con dos motores de doce cilindros.
Junto a estos tres grandes fabricantes de coches deportivos, hay otro italiano que juega un poco al despiste por su poca producción, pero nadie debería olvidarse de él: Pagani. La compañía italiana, que acaba de poner en liza el brutal Pagani Imola Roadster, ha dejado claro que sus clientes no quieren, por el momento, un coche eléctrico, quieren motores V12 y además, enormes. Pagani monta en sus coches el V12 de origen Mercedes, que la marca fabrica en exclusiva para los coches de Horacio y después de ver la larga vida comercial de cada coche de Pagani, y lo que se resisten a dejar la línea montaje, es posible que finalmente sea Pagani quien gane la guerra en la que, curiosamente, ni siquiera son conscientes de pelear… ¿o sí?
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS