Si estás aquí, es porque te gustan los coches. Luego, cada uno tiene su gusto personal. Pongamos que te gustan los coches con alma, de esos que te hacen aflorar emociones en el momento que los ves. Un coche donde que permita disfrutar al volante. Es decir, ligero, potente, de propulsión y, por qué no, con la opción de tener una capota de quita y pon para disfrutar del viento en la cara. Hay opciones en el mercado, pero ninguna tan rimbombante como un Panoz Esperante.
El Panoz Esperante nació como respuesta a aquellos que estaban cansados de ver continuamente Mustangs y Camaros poblando las calles norteamericanas. Fue construido por unos locos del motor durante el comienzo del nuevo milenio, y bajo su ligera carrocería de apenas 1.450 kilos (varía según versión) se escondía el V8 modular de 4.601 cm3 de Ford. Toda la energía generada por el motor era enviada al eje posterior a través de una caja de cambios manual Tremec T45 de cinco velocidades, o una automática de convertidor de par de cuatro relaciones.
El Panoz Esperante podía cubrir el 0 a 100 km/h en 5 segundos y podía alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima
La unidad pintada en rojo que ilustra vuestras pantallas es un ejemplar de 2002, con carrocería descapotable. Tan solo 166 Panoz Esperante se construyeron para ser disfrutadas a cielo abierto entre 1999 y 2006. Está equipada con la caja de cambios manual, el poderoso ocho cilindros de 309 CV y 430 Nm de par motor y un diferencial de deslizamiento limitado. En otras palabras, todo lo necesario para salir de curvas un fin de semana. Además, apenas ha sufrido; su odómetro no había llegado aún siquiera a los 21.000 km.
El brillo de las llantas cromadas se mantiene como el primer día de fábrica, y el interior parece igual de cuidado que su exterior. Teniendo en cuenta su escasa producción, su exclusividad y su buen aspecto en líneas generales, sorprende que se haya vendido por poco más de 20.000 euros, en Georgia (EE.UU.). Puede ser más o menos agraciado en su diseño, pero desde luego que será difícil cruzarte con otro igual en un semáforo.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS