El Audi A8 lleva batiéndose el cobre con sus rivales alemanes y japoneses en el segmento de berlinas de lujo desde el año 1994, cuando se estrenó la primera generación del buque insignia de Ingolstadt. Aquel primer modelo, denominado con el código D2, supuso la primera berlina de Audi en equipar un chasis completamente de Aluminio, haciendo uso de la tecnología ASF (Audi Space Frame). Además, contaba con un sistema de tracción integral, que no solo le aportaba un extra de seguridad y motricidad respecto a los BMW Serie 7 o Mercedes-Benz Clase S de la época, sino que además por las características técnicas del sistema quattro, la batalla se alargaba, lo cual también añadía un plus de espacio y un factor tecnológico diferenciador.
Desde aquella primera generación estrenada hace ya 28 años, que se ofrecía con motores gasolina y diésel, ha llovido mucho. Los tiempos están cambiando tan rápido que la hibridación ya no es el futuro, sino el presente más actual, perteneciendo el futuro a la electrificación total. Este será sin duda el próximo caballo de batalla de los fabricantes y día tras día se suceden anuncios de modelos que pasarán a ser 100% eléctricos en generaciones próximas, como el Audi A3.
No obstante, antes de pasar a vehículos impulsados exclusivamente por electricidad, los vehículos híbridos tienen todavía mucho que decir y este contexto, Audi ha incorporado al A8 la nueva versión 60 TFSIe quattro, que acompañará a la gama de motores actuales y promete unas cifras de 462 CV y autonomía eléctrica de 59 Km.
La actual generación del Audi A8 (D5) debutó en Octubre de 2018 y se hacía uso de la hibridación ligera con sistema de 48 Voltios en toda la gama de motores, que remplazaba al alternador convencional. Este sistema permite asistir a los motores térmicos en el arranque -excepto en frío, donde se recurre al motor de arranque convencional- así como apagarlos durante un breve periodo de tiempo circulando a velocidades de entre 55 y 169 Kilómetros por hora, siempre que no se accione ni el acelerador ni el freno, cumpliendo la función de una suerte de sistema de “conducción a vela”.
Posteriormente, en 2019 hizo su aparición la variante híbrida enchufable 60 TFSIe quattro, disponible exclusivamente para el Audi A8 de batalla larga, o A8L y que contaba con una potencia total combinada de 449 CV, un par motor de 700 Nm y una autonomía en modo 100% eléctrico de 46 kilómetros, fruto de una batería de iones de litio de 14,4 kWh. Esta autonomía, no obstante estaba un paso por detrás en algunos de sus rivales como el Mercedes-Benz 560 e o el BMW 745 e que homologaban 50 y 58 kilómetros de autonomía sin emisiones respectivamente.
Audi A8 D5 2022. Actualización necesaria
Y llegamos a la actualidad, donde Audi, a finales del año pasado, presentó el restyling de la actual generación del Audi A8. Con esta actualización, el A8 adopta el lenguaje de diseño frontal que la marca de los cuatro aros ya implantó con el A3 o el Q8, amén de una mayor dotación a nivel de tecnología y equipamiento para seguir siendo relevante en la lucha por el trono del segmento F.
Con respecto a la versión híbrida enchufable, protagonista del presente artículo, llega para acompañar a las versiones 50 TDI (y 50L TDI) así como la versión deportiva S8. En este caso, el Audi A8 60 TFSIe quattro se coloca en una potencia de 462 CV, y su batería pasa a tener una capacidad de 17,9 kWh, que se traducen en 14,4 kWh de capacidad neta. Esta variante híbrida enchufable supone una actualización de la ya incorporada en la versión anterior al restyling y gracias al incremento de capacidad, la autonomía pasa a ser de 59 kilómetros en el A8 y de 58 en el A8L. Si, tras la actualización la versión híbrida enchufable ya no es exclusiva de la variante de batalla larga.
Al motor 3.0 TFSI se agrega el motor eléctrico integrado en el cambio, que se trata del archiconocido Tiptronic de 8 relaciones y convertidor de par que acompaña al resto de la gama. Por su parte, la potencia se baja al asfalto mediante el sistema de tracción integral quattro de diferencial central autoblocante que se puede combinar con un diferencial trasero activo que es de serie en el S8 y opcional en el resto de la gama salvo precisamente en la versión híbrida enchufable, que no estará disponible.
A pesar del incremento de peso que atesora la versión híbrida, las prestaciones se encuentran en sintonía con lo que ofrecen el resto de sus competidores. Desde parado, el A8 60 TFSIe alcanza los 100 kilómetros por hora en 4,9 segundos, lo cual no está mal para una “mole” de 2400 kilos. El consumo, por su parte se sitúa entre 1,8 y 2 litros cada cien kilómetros en la versión de batalla normal, siendo un poco mayor en el Audi A8L.
Sin embargo estas cifras de consumo se homologan partiendo del modo eléctrico del vehículo, lo cual podría no ser 100% representativo del uso en el mundo real y al acabarse la batería, el consumo aumentaría de manera sensible, con lo que a la hora de considerar la compra de este tipo de vehículos hay que pensar en el uso que se va a hacer de ellos, y lo más importante: si se dispone de un cargador en casa.
Por su parte, esta versión híbrida enchufable presenta cuatro modos de conducción distintos fruto de su tren motriz. Así, podremos seleccionar un modo totalmente elétrico (“EV”), uno híbrido (“Hybrid”), uno en el que podremos conservar la batería para cuando la necesitemos (“Hold”) y finalmente un modo de recarga en marcha (“Charge”), especialmente útil cuando se circula en bajadas prolongadas.
En el apartado del equipamiento de serie, al tratarse de una versión de lujo, la dotación ha de ser elevada y en este caso, el A8 60 TFSIe quattro cuenta con llantas de aleación de 19 pulgadas, suspensión neumática adaptativa, como en el resto de la gama, climatizador de cuatro zonas o el cuadro de instrumentación digital Audi Virtual cockpit entre muchos otros.
También, y como es normal en este tipo de modelos, pueden equipar una amplia variedad de opciones que se sumarán a la factura del nuevo A8 60 TFSIe quattro para nuestro mercado, que partirá desde los 119.510 Euros.
Francisco Jiménez
Ingeniero mecánico adicto a todo lo que queme gasolina… y por qué no decirlo, también de lo eléctrico. Mi meta es no dejar nunca de aprender la técnica que rodea a la automoción y si ya puedo transmitir lo poco que sepa, tanto mejor. Sí, soy de esos que no recuerdan muy bien los nombres de las personas pero jamás olvidan qué coche tienen.COMENTARIOS