El Land Rover Defender se ha ganado el estatus de coche de culto por méritos propios. Y aunque su segunda generación haya sido presentada este año, el modelo original aún sigue atrayendo las miradas. Para aquellos que encuentren a este último una opción más atractiva, East Coast Defender (ECD) acaba de presentar su particular visión del todoterreno inglés. Este es el Land Rover Defender Project Blackcomb.
Basado en la vertiente de tres puertas y balla corta (90), la carrocería recibe un nuevo tono metalizado bautizado como Zermatt Silver con detalles en negro metalizado. El parachoques delantero con luces diurnas integradas es de nueva factura. Además, deja espacio para el cabrestante y una voluminosa protección de plástico frente al radiador. Todo el conjunto se asienta sobre llantas de aleación Sawtooth de pulgadas calzadas con neumáticos todoterreno BF Goodrich.
El habitáculo nos recibe con un suave cuero negro, una pareja de asientos de tipo buquet con un patrón diamantado en costuras blancas, forro de ante negro y un volante deportivo firmado por Momo. Los diales del cuadro de instrumentos también son nuevos, así como el sistema de infoentretenimiento conectado al equipo de música, con su amplificador y su subwoofer. La consola central también ha sido completamente rediseñada, ahora con una pareja de posavasos.
El Land Rover Defender Project Blackcomb no solo impone con su estética premium y racing, también con su motor V8 estadounidense
El Land Rover Defender Project Blackcomb de ECD cuenta con arranque por control remoto, acceso sin llave, punto de acceso Wi-Fi, salidas de aire traseras, sistema de iluminación de luces de posición y algunas otras características. El área de carga se completa con los dos asientos plegables orientados hacia adelante. Desafortunadamente, el interior no ha pasado tan bien por los años como el exterior, y en este aspecto se notan sus orígenes campestres de tiempos pretéritos.
La mayoría de los Defender preparados por ECD esconden bajo su capó un motor V8 LS3 de origen General Motors, es decir, el mismo que podíamos encontrar en el Corvette. El Project Blackcomb no es una excepción. El motor atmosférico de 6,2 litros está emparejado con una transmisión automática de seis velocidades y desarrolla 573 CV, lo que debería ser más que suficiente ascender una colina empinada y poder ponerte farruco desafiar a un deportivo moderno en un semáforo.
No sabemos cuáles son las prestaciones de este pequeño monstruo de refinados aires elitistas, pero no podríamos considerarlo lento. Tampoco conocemos el precio, pero otras creaciones anteriores de la compañía superaban holgadamente los 100.000 euros, e incluso el doble.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS