El Volkswagen Passat nunca ha destacado por ser un coche llamativo, más bien todo lo contrario, como si la premisa básica de su diseño fuera siempre pasar desapercibido entre la multitud. Es un hecho, especialmente para las primeras tres generaciones, antes de que Ferdinand Piëch decidiera ascenderlo hacia una berlina más premium. El Volkswagen Passat Variant 2.8 VR6 es un buen ejemplo de ello.
El modelo de tercera generación, con código B3 (B4 después del lavado de cara de 1993), llegó con numerosas motorizaciones, tanto de gasolina como diésel, de cuatro y seis cilindros, con potencias de 80 a 174 CV. Fue el 2.8 VR6 el máximo exponente de la gama (con permiso del GT G60 Syncro), y también uno de los familiares más rápidos de Europa de la época en su versión Variant. Esta versión mezcló practicidad, rendimiento y discreción en un mismo conjunto.
El Volkswagen Passat Variant 2.8 VR6 acogía delante del eje anterior un bloque de seis cilindros de uve estrecha a 15 grados de 2.792 cm3, compartido con el Corrado, el Vento y el Golf coetáneos. Eso se traduce en 174 CV y 235 Nm de par motor. Emparejado con una transmisión manual de cinco velocidades, este propulsor de aspiración atmosférica permitía a esta ranchera acelerar de 0 a 100 km/h en 8,6 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 218 km/h.
El Volkswagen Passat Variant (B3) contaba con 465 litros de maletero, ampliables hasta 1.500 abatiendo la segunda fila de asientos
El Volkswagen Passat Variant 2.8 VR6 costaba en nuestro país 4.048.224 pesetas, el equivalente a 24.330 euros de 1992, lo que hoy día se traduce en 46.250 euros. El GT Syncro G60 costaba 47.850 euros en el mismo año, pero por un poco menos te llevabas todo un seis cilindros. Por ese precio, te puedes hacer ahora con un Passat Variant GTE, el equivalente moderno al antiguo G60, puesto que se trata del modelo más prestacional dentro de la gama con 218 CV.
Sin embargo, pasados más de dos décadas, no es fácil encontrar un ejemplar de un Passat Variant 2.8 VR6 de tercera generación que valga la pena comprar. Muchos de ellos sucumbieron a la moda del mal tuning y otros muchos han sido objeto de acabar en el desguace, la mayoría de ellos por vejez. Sin embargo, a veces nos damos de bruces con unidades que lucen idénticas al primer día. Holland’s Auto Leitner, por ejemplo, tiene uno así en stock por 8.750 euros.
Construido en 1992, este coche no ha recibido modificación alguna, algo comprensible teniendo en cuenta que solo ha cubierto solo 87.276 kilómetros, tal y como demuestra el registro de mantenimiento completamente documentado. También incluye el formulario de pedido original, la factura de compra y todos los folletos, además de las tres llaves de fábrica y el kit de herramientas original. Sobre su aspecto, poco se puede decir salvo que luce impecable.
El equipamiento era generoso para la época: techo solar eléctrico, elevalunas eléctricos, espejos retrovisores ajustables, dirección asistida, cierre centralizado, ordenador de a bordo, equipo de sonido “Volkswagen Gamma”, asientos delanteros ajustables en altura y traseros plegables, o volante y palanca de cambios forrados en cuero, entre otros. A nivel de seguridad, tiene ABS, control de tracción, faros antiniebla delanteros y cuatro reposacabezas, aunque sin airbags.
No es barato para un Passat de 1992, un coche sin ningún tipo de pedigrí deportivo a diferencia del todopoderoso Golf, pero me aventuro a decir que sería difícil encontrar otro igual. Desde luego, no parece que cuente con 27 años a sus espaldas. Si buscas un coche familiar rápido, donde el consumo no sea un factor decisivo de compra –entrono a 9,5 l/100 km– y su aspecto sea lo más discreto posible, este Volkswagen Passat Variant 2.8 VR6 es tu coche.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS