El titular puede provocar más de un cortocircuito mental, pero se trata de una de las conclusiones de un estudio. No es de rabiosa actualidad, lo elaboró la Fundación Línea Directa y el Centro Zaragoza en 2015, pero la DGT lo ha revivido con un tuit. Me entró curiosidad y lo he mirado.
El tipo de pareja más habitual en las carreteras españolas, de acuerdo al estudio, es de hombre al volante y mujer de copiloto. La combinación más segura no es esa, es que ella se ponga a conducir y el varón vaya sentado a su lado. La combinación más peligrosa es de varón con varón, sobre todo cuando el copiloto es joven (18-29 años), tres veces más riesgo que cuando conduce una mujer y lleva a otra de copiloto. Curiosamente, el mejor copiloto es un varón de 60 a 69 años que no interfiere -para mal- con el conductor.
Nos vamos a centrar únicamente en el sexo de los ocupantes delanteros (o su género, desde una perspectiva sociocultural). El resto no nos importa. También tendremos que aparcar los tópicos relativos a ellas y a ellos, aunque hay rasgos de la personalidad de cada sexo que no son como para pasarlos por alto.
A los hombres, por lo general, no nos gusta que nos digan qué hacemos mal -aunque el copiloto tenga razón-, ni que se nos proporcione una ayuda que no hemos pedido, ni que nos distraigan. Por otro lado, somos más propensos a “picarnos”, a demostrar nuestro dominio al volante y el control de la situación. Nos cuesta ceder el volante a un copiloto femenino.
Las mujeres no funcionan de la misma forma, al menos no de forma mayoritaria. A igualdad de conducción una mujer asumirá menos riesgos, tenderá a ser más prudente, será más receptiva a recibir ayuda y tendrá menor tolerancia ante un mal comportamiento del copiloto. Cuando van de copilotos, también son más dadas a decir lo que el conductor no hace bien.
Parte de lo dicho antes se puede explicar con antropología y teoría de la evolución, pero no es el objetivo de este artículo
Viajar en pareja (independientemente del grado de afinidad) es más seguro que viajar solo, un 35 % menos de probabilidad de accidente. En cambio, el copiloto es el que tiene más papeletas de hacerse daño en un accidente (+37 %) o de fallecer (+17 %), depende mucho de la tipología del siniestro y de las medidas de seguridad pasiva del vehículo. Los accidentes “estrella” son alcances traseros, colisiones frontolaterales y múltiples/en cadena (frontal + alcance trasero).
Estas son las conclusiones a las que llegaron en su momento los investigadores del Centro Zaragoza, analizando 255.000 accidentes con víctimas entre 2011 y 2013. Además, se realizaron 1.206 entrevistas a conductores, con un error muestral del ±2,9%. La evidencia científica es más que suficiente.
Un buen copiloto no distraerá al conductor, colaborará cuando se le pida o en el caso de detectar un posible riesgo, y aliviará a su compañero de todo aquello que no sea estrictamente conducir. Un consejo de regalo, el conductor NO debe mirar a su interlocutor, dado que difícilmente va a moverse de su posición y la vista ha de estar en la carretera. Debe estarlo. Ellas son más tolerantes si el copiloto es muy locuaz, ellos prefieren que el copiloto sea un ente pasivo que no haga nada.
Hay otra espinosa cuestión, y es lo que el conductor permite al copiloto hacer y no debe, como soltarse el cinturón de seguridad, colocar los pies sobre el salpicadero, permitirle que le distraiga con alguna chorrada en el teléfono móvil, toquetear botones o guantera, etc.
El mejor copiloto | El peor copiloto |
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Hombre de 60 a 69 años | Hombre de 18 a 29 años |
Es colaborador y ayuda activamente | No para de hablar |
No distrae | Critica al conductor y le corrige |
Va pendiente del entorno vial | No colabora ni ayuda |
Cumple con las normas de tráfico | Distrae al conductor con el móvil |
Está pendiente de las necesidades de los pasajeros traseros | Manipula mandos de forma excesiva |
Resulta curioso comprobar, de vez en cuando, que algunas creencias arraigadas están bastante lejos de ser ciertas o de tener un mínimo de sentido. Y dado que lo peor que le puede pasar a una pareja con espíritu RACER es tener una trifulca sobre quién conduce, no pasa nada: se puede compartir y que los dos puedan disfrutar del trayecto, sea de quien sea el coche.
Para quien se haya quedado con ganas de ver más, le dejo enlace a la presentación del estudio, es muy instructivo.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.Ahí está la estadística y arroja datos significativos: no imagino un mix sano entre “peor copiloto” con la del pulpo de anteayer.
Muy interesante y realmente muy acertado con la realidad. También he comprado como una discusión dentro del coche es de lo que más puede distraer al conductor y provocar un accidente, aunque el estudio no lo diga explícitamente si lo dice implícitamente, no distraer al conductor es básico.