Nuestro protagonista de hoy, el 2001 Chevrolet Suburban 2500 8.1 V8, es un ejemplo de lo que se considera un todoterreno grande en el país del señor Trump. Y es que en este país todo es grande: las ciudades, las casas, los vehículos, las tierras, las distancias a recorrer, las personas… Basten como muestra las medidas de este “gigante”: 5.570 mm de largo, 2.027 mm de ancho y 1.958 mm de alto, más o menos las dimensiones de una furgoneta de batalla larga en Europa.
Este Chevy Suburban mantiene inalterada la esencia con la que fue concebido en su inicio: un interior cavernoso, un par motor muy elevado para remolcar grandes pesos, una buena capacidad para moverse fuera del asfalto, y un elevado confort y estabilidad para realizar grandes viajes con muchos km por delante. Se rediseñó respecto a la versión anterior y se mejoraron todos los aspectos, como propulsores, bastidor, suspensión, frenos, así como su interior.
A diferencia de los modelos que se venden en Europa, los americanos sacan una nueva versión cada año, model year o actualización si queremos llamarlo así. En este caso -edición 2001- se ha redondeado la carrocería, y los faros son nuevos. El portón trasero se ofrecía en dos tipos, con doble puerta o sencilla. Los retrovisores llevaban iluminación adicional proyectada al suelo, que se podía activar con el mando remoto, útil para moverse por zonas oscuras.
Hemos comentado que puede llevar de ocho a nueve plazas, distribuidas en tres filas de asientos. La segunda fila se posee movimiento longitudinal, por lo que se puede avanzar y plegar el respaldo, ofreciendo un espacio de carga digno de una furgoneta grande. Hasta la rueda de repuesto va debajo del piso, para no restar espacio en el habitáculo. La última fila lleva un respaldo abatible, que se puede accionar sin quitar los reposacabezas, pudiendo desplazar todo el asiento hacia adelante. Y no pensemos que son para niños, se pueden acomodar hasta tres adultos sin estrecheces.
El propulsor está situado en posición delantera longitudinal, lleva ocho
pucheroscilindros que conforman una cilindrada de 8.128 cm3 (496 pulgadas cúbicas), es decir, ¡más de un litro por cilindro!
Hemos elegido la versión más potente de las posibles, con un motor V8 de más de 8 litros de cilindrada -existen camiones en Europa con motores más pequeños-, el Vortec 8100 o L18. Este modelo 2500 se puede obtener con un motor más “pequeñito”, un V8 de 6 litros. Eroga una potencia máxima de 344 CV a 4.200 RPM (un rendimiento específico de 42,4 CV/l), algo que puede resultar decepcionante desde nuestro punto de vista, pero cambiamos de opinión cuando vemos sus valores de par motor: 617 Nm a 3.200 RPM. Lleva dos válvulas por cilindro e inyección de combustible multipunto. Como un diésel, no pasa de 5.000 RPM. ¿Quieres oírlo sonar?
Con este valor de par el Suburban 2500 tiene una capacidad de remolque muy alta, del orden de 4.500 kg, puede arrastrar remolques de dos ejes. Para ello se sustituyen los muelles de la versión inferior por unas sólidas ballestas. Como buen americano, su rodar resulta muy suave, al igual que todos los mandos, y su nivel sonoro es muy bajo, está muy bien aislado del exterior. A pesar de lo que pueda parecer, su nivel de adherencia es elevado a buen ritmo, incluso en suelo mojado.
Nos ofrecían dos diferentes suspensiones opcionales, la Premium Ride, que contaba con un sistema de autonivelación trasero controlado hidráulicamente, y otra más sofisticada, la Auto-Ride, controlada por un ordenador, que mejoraba su comportamiento sobre firme irregular. Esta última resulta muy útil para remolcar grandes pesos, con un ajuste continuo, que además ayudaba a reducir el cabeceo de la delantera y el balanceo del conjunto en las curvas. De sus prestaciones no tenemos mucha información que contar. Su velocidad máxima es de 156 km/h, y el consumo parece algo secundario, ya que consultando en varias fuentes no he conseguido encontrar este dato.
Si pensamos en el momento de llenar su depósito de combustible, nos invade un sentimiento de intranquilidad: consume gasolina de 95 octanos, y solo necesitamos 142 litros para llenarlo, unos 190 euros
Consuela saber que la gasolina está alrededor de un 50 % más barata que en nuestro país. Podemos continuar sorprendiéndonos con los datos de este mastodonte. Su peso en vacío es de 2.715 kg, posee un maletero con una capacidad que oscila entre los 1.294-3.726 litros. Admite una carga máxima de 1.185 kg. Está homologado para ocho-nueve plazas, según la configuración de los asientos delanteros.
Esta versión, al igual que el resto de los Suburban, lleva tracción 4×4, ABS, aibags delanteros y laterales. Dependiendo del nivel de equipamiento nos podemos encontrar con un amplio catálogo, como elevalunas eléctricos, cierre centralizado con apertura remota, brújula, asientos delanteros reclinables, bien como banqueta corrida de tres plazas o como dos plazas individuales, con soporte lumbar. Si vamos subiendo de categoría encontramos cuero y calefacción en los asientos delanteros, climatizador electrónico, equipo de sonido con cargador/reproductor de CDs, apertura remota de la puerta del garaje, sistema OnStar de GM (¿les suena de algo, en los Opel Astra o Insignia?)…
Para controlar semejante mole contamos con discos de freno en ambos ejes, siendo ventilados los delanteros. El sistema de frenado se mejoró, con un tacto de pedal más suave y progresivo. Cuenta con un nuevo sistema dinámico de distribución de frenada trasera, que modula la presión aplicada a los frenos traseros, mejorando su efectividad.
Las pinzas son de doble pistón y alargan la duración de las pastillas hasta un 40 %. También tiene dirección hidráulica, una caja de cambios automática de cuatro relaciones, y unas ruedas con unas medidas algo particulares, de 245/75 R16, con unas llantas pequeñas y unos neumáticos de perfil muy alto, apropiados para trotar por los campos con cierta comodidad y seguridad.
Como podemos ver el pueblo americano tiene otras preferencias a la hora de elegir un vehículo: espacio abundante, confort, suavidad de manejo y con una gran capacidad de carga y de arrastre. Creo que aún conservan el espíritu viajero y aventurero de los primeros colonos, y estos vehículos son ideales para estos propósitos.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...Este la etiqueta ECO, como que no le hace justicia, este llevaría la negra, en caso que existiera, por consumo, emisiones…Y dolor de bolsillo al llenar el deposito.