Vamos a coger un poco de culturilla automovilística de un modelo del otro lado del Atlántico, en la cuna de los vehículos a motor (producidos en cadena). El Mercury Marauder, modelo conocido de sobra al otro lado del Atlántico -pero ignoto en nuestras latitudes-, fue fabricado por la marca de lujo Mercury, perteneciente al grupo Ford Motor Company. Esta marca tuvo que cerrar en enero del 2011 por la reestructuración de Ford. Poseía fábricas en Norteamérica, y algunos países de Sudamérica, como Argentina y Brasil.
El identificativo de Marauder (“Merodeador”) apareció por primera vez en el portón de este modelo en el periodo 1963-1965, para reaparecer en 1969-1970, y de nuevo en 2003, modelo al que vamos a dar un repasito hoy. Ford SVT se planteó en un principio utilizar la plataforma de otro modelo local de la casa, el Ford Crown Victoria (muy utilizado por las policías americanas o los taxistas de Nueva York), un auténtico dinosaurio. Se utilizó dicha plataforma, conocida como Panther, empleada también en el Mercury Grand Marquis, para construir un sedán de cuatro puertas de altas prestaciones.
Bajo su capó se encontraba un motor desarrollado por SVT, un bloque de 4.601 cm3 DOHC V8, atmosférico, con cuatro válvulas por cilindro, que rendía 302 CV a 6.000 RPM, y un par motor máximo de 407 Nm a 4.500 RPM
Era el mismo motor que utilizaba el Mustang Cobra, pero sin sobrealimentación. Como la mayoría de los motores americanos, resultaba poco apretado, con un rendimiento específico de poco más de 65 CV/litro. La transmisión estaba encomendada a una caja automática de cuatro relaciones de origen Ford (4R70W), por supuesto trasladando la potencia a un eje trasero, y un árbol de transmisión de aluminio, adoptado del modelo Ford Interceptor de uso policial. Contaba con un diferencial de deslizamiento limitado.
Su aspecto amenazador quedaba resaltado por su único color posible, el negro, aunque posteriormente se ofreció en azul, rojo y plata. Sus faros eran ahumados, al igual que los pilotos traseros. Adoptó unos nuevos parachoques muy prominentes, al estilo americano, teniendo los delanteros unas entradas de aire de gran tamaño y luces antiniebla integradas en los mismos. Un doble escape “de verdad” cromado remataba una llamativa trasera.
Su suspensión rebajada le otorgaba un aspecto algo más deportivo, intentando parecerse a un muscle car, aunque solo algo en el aspecto, no en las prestaciones, como veremos adelante. Llevaba unas respetables ruedas, con llantas de aleación de 18 pulgadas, con cinco brazos, calzadas con unos neumáticos de medidas 235/50 R18. Su equipo de frenos era de discos en ambos ejes, ventilados los cuatro, aunque delante llevaba pinzas de dos pistones, y detrás de un solo pistón. La verdad es que parecía el típico coche de policía yanqui, aunque algo más actualizado.
Su interior se modernizó, sustituyendo la banqueta delantera corrida por unos asientos individuales, y cambiando la palanca de cambio en la columna de la dirección a una posición central, en el piso, como los coches europeos. En su instrumentación encontrábamos un medidor de presión de aceite y un voltímetro, dándole un toque “clásico” en versión americana, en contrapunto de unos pedales con ajuste eléctrico. Los asientos estaban tapizados en piel, aunque envolventes y con cierto diseño deportivo, la verdad es que no ofrecían un gran agarre lateral.
Como decíamos antes, lo único que tenía de muscle car era un poco su aspecto. Su principal lastre era su gran tamaño -5.380 mm de largo, 1.980 mm de ancho y 1.440 mm de alto-, y su elevado peso -1.850 kg-. Al menos su maletero daba la talla (585 litros). Para tener estos valores de tamaño y peso no se desenvolvía mal tanto en curvas rápidas como lentas, con un comportamiento neutro, gracias a su suspensión rebajada, con muelles helicoidales y amortiguadores neumáticos. También resultaba divertido en conducción rápida. La dirección llevaba dureza variable según la velocidad, por lo que era bastante comunicativa y no resultaba pesada.
Su velocidad máxima era de 220 km/h. Eso sí, necesitaba menos de 8 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, recuperando de 80 a 120 km/h en poco más de 5 segundos. Recordad que llevaba un cambio automático algo vetusto. El consumo medio homologado era de 20 l/100 km en ciudad, y de 10 l/100 km en carretera, ayudado por un depósito de combustible de 72 litros.
Existió una versión descapotable, con techo de lona, más potenciada, hasta los 340 CV. Su velocidad máxima era de 220 km/h, y el 0 a 100 km/h lo realizaba en menos de siete segundos
Aunque este tipo de sedanes eran muy comunes en EEUU, se produjeron poco menos de 8.000 unidades (la mayoría en color negro), pocas comparadas con las 200.000 de Grand Marquis del que derivaba, por lo que no podía considerarse una rareza. Su corazón potenciado y su actualización respecto a sus antecesores era lo más llamativo, siendo de los últimos representantes de los grandes sedanes americanos, con mucho espacio para los pasajeros, su equipaje, y la potencia y empuje de un V8 atmosférico americano. Actualmente modelos como este son muy difíciles de vender, los crossover se los están merendando.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...yo tuve un interceptor 2003 lo modifique con headers filtro de induccion directa kn llantas anchas rin 18 y era rapidisimo todo un muscle car con mas de 350 hp y una estabilidad asombrosa se pegaba al pavimento
su estetica me parece lo maximo, mas autos así y menos SUV’s.