El Toyota MR2 procedía de un proyecto de 1976 con objeto de sustituir al Sports 800. En los siguientes años evolucionó hacia un espíritu más deportivo, obteniendo como resultado el biplaza MR2, siglas que vienen de Mid Engine (Motor Central), Rear wheel drive (propulsión a las ruedas traseras), 2 seater (biplaza). Complementaba por debajo al Celica y al Supra la gama de deportivos de Toyota. Hubo tres generaciones: W10 (1984-1989), W20 (1989-1999) y W30 (1999-2007). Le llegaron rivales como el Mazda MX-5 (desde 1989) o el MG F (1995), dos pequeños biplazas de precio asequible.
Según las palabras de su creador, Harunori Shiratori, el MR2 nació “con el objetivo de convertirse en un coche divertido, ligero y económico”
Este deportivo compacto y práctico, con el motor en posición central trasera, fue el primer vehículo con esta disposición mecánica fabricado en serie en Japón, recibiendo el prestigioso título de coche del año del país en los años 1984-1985. Era un coche cuya única meta era su uso como una económica herramienta para el disfrute de su conductor, en una época en la que no tenía prácticamente ningún rival. Conceptos como racionalidad, funcionalidad o practicidad carecían de significado en este pequeño deportivo.
Esta particular arquitectura tenía evidentes ventajas en la conducción ya que, al estar situado el propulsor en posición central trasera se reducían las inercias en las curvas, disminuyendo las tendencias subviradoras y sobreviradoras. Este aspecto beneficiaba a su agilidad aunque no acompañara un buen reparto de pesos -42/58 en su caso-.
Cinco años después llegó la segunda generación (W20), manteniendo el motor con la misma disposición, pero subiendo un nivel de categoría, con una carrocería más grande y exótica, mayor calidad en su interior y una conducción más refinada y cómoda, manteniéndose durante diez años a la venta. La tercera y última generación (W30) era realmente un sustituto, pues se fabricó como un deportivo descapotable más pequeño, ligero y barato, perdiendo el estilo y la personalidad de las generaciones anteriores. Afectado por la ralentización del mercado mundial de deportivos, dejó de fabricarse en 2007. Más de 20 años en el mercado y tres generaciones dejaron una profunda huella en más de uno.
El Toyota MR2 W10 llevaba un motor 1.5 de cuatro cilindros, denominado 3A-LU, que rendía unos modestos 83 CV a 5.600 RPM y un par motor de 118 Nm a 3.600 RPM. Aunque solo pesaba 950 kg, se quedaba corto de potencia. Toyota se percató de esta falta de chicha y sacó al mercado un nuevo modelo denominado MR2 W11. Llevaba un motor 4A-GE, una mecánica archiprobada que ya montaba el Toyota Corolla AE86. Este motor era 1.6 de cuatro cilindros, que ofrecía 115 CV a 6.600 RPM de potencia y 131 Nm de par a 4.800 RPM (datos para el mercado europeo).
Aun así sus usuarios se quejaban de falta de potencia, con lo que Toyota introdujo un turbo compresor Roots al mencionado motor, dando lugar al 4A-GZE y aumentando su potencia hasta 145 CV al mismo régimen, y un par motor de 190 Nm a un régimen más bajo, a 2.000 RPM, mejorando su elasticidad a bajas vueltas.
Pero la más interesante y que mejor encajaba como deportivo compacto de los 90 era la segunda generación, el MR2 W20. En España y en el resto de Europa no tuvimos la suerte de conocer las versiones turbo con los motores más potentes. La versión turbo llevaba más cambios, aparte del turbo, como una caja de cambios con diferentes relaciones y debidamente reforzada, cambios en el sistema de refrigeración, y unos frenos más potentes y reforzados. Se podía elegir entre dos tipos de cajas de cambios, manual con cinco velocidades, y automática de cuatro velocidades.
En EEUU fueron más afortunados y se vendió la versión MR2 Turbo (W20), con el motor 3S-GTE, de 2 litros y cuatro cilindros, que entregaba 200 CV, una potencia ideal para un pequeño deportivo
La última versión, el MR2 W30, se consideraba como la más manejable y divertida de conducir, gracias a poseer el mejor chasis, que le permitía un paso por curva muy eficaz. Carecía de control de estabilidad, aunque sí llevaba ABS y diferencial autoblocante Torsen. A diferencia del MR2 W10, sustituyó el techo duro desmontable tipo targa ( con pilar B rígido y luneta trasera rígida) por una capota de lona de accionamiento manual. A cambio hubo que sacrificar el maletero, situado en la parte delantera, con unos pobres 63 litros de capacidad.
En Europa se conoció como Toyota MR2 Roadster, debido a su configuración de descapotable. Se vendió en el viejo continente en el año 2000 con la terminación S, la más completa, con dos airbags, elevalunas eléctrico, aire acondicionado… Únicamente se montó con un tipo de motor (1ZZ-FED), un 1.8 con distribución variable VVT-i, de 140 CV a 6.400 RPM y 171 Nm de par a 4.200 RPM, con un consumo real nada exagerado, de unos 8 l/100 km. Este motor lo llevaron también el Toyota Celica GT y el Toyota Corolla. Sus prestaciones básicas eran una velocidad máxima de 210 km/h y 7,9 segundos para el 0 a 100 km/h.
Para conseguir la gran agilidad que le caracterizaba se jugó con distintas variables. En primer lugar se optó por un chasis no demasiado corto, ofreciendo una rigidez muy alta, ya que ni siquiera flexaba con la capota quitada. Su batalla era larga en comparación con su longitud (2.450 mm y 3.885 mm respectivamente). En segundo lugar, la geometría de sus dos ejes, con el delantero muy optimizado, que ofrecía una respuesta muy fiel de la dirección, y un eje trasero con una geometría muy afinada, de manera que tanto en conducción normal o rápida la trasera redondeaba la trayectoria con precisión. Si nos acercábamos al límite el coche se volvía sobrevirador, haciendo las delicias del conductor.
Su dirección resultaba bastante precisa y con buen tacto, pero carecía de ESP. Hasta el año 2003 llevaba una caja de cambios manual de cinco velocidades, y a partir de este año se empezó a vender con otra caja de seis velocidades. También se ofrecía la opción de una caja automática secuencial SMT de cinco velocidades, accionable desde la palanca de cambios o a través de unos pulsadores situados en el volante. Igualmente a partir del año 2003 también se mejoró, pasando a tener seis marchas.
Nos falta un punto importante, el de las sensaciones de conducción. Era un coche que se dejaba conducir con docilidad y tranquilidad si lo llevábamos a un ritmo de paseo, y también a buen ritmo, sin parecernos para nada una máquina torpe. Si deseábamos exprimir su potencial deportivo teníamos que poseer buenos reflejos, con frecuentes contravolantes debido a la tendencia de deslizar la zaga, con constantes correcciones de la dirección, pero controlando con rapidez y precisión sus reacciones. Sus frenos estaban a la altura del conjunto, con buena mordiente y dosificación, así como su elevada resistencia al calentamiento. Estaba dotado de discos en ambos ejes.
Algunos propietarios decidieron cambiar el motor de origen por el 2ZZ-GE, que era el 1.8 VVTL de 192 CV que llevaba el Celica, paliando así la falta endémica de potencia. Además, no tenía problemas de espacio ya que cabía perfectamente en el vano motor. A finales del año 2006 Toyota sacó una edición especial en el Reino Unido -país que siente verdadera pasión e incluso veneración por los automóviles- llamada TF300, que portaba el motor 1ZZ-FED, pero turboalimentado, lo que aumentaba su potencia hasta los 185 CV.
Desde entonces, el regreso del MR2 es una de las asignaturas pendientes de Toyota.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...A Canarias también llegaron unas cuantas unidades del W20 con motor turbo, bien cotizadas cada vez que sale alguna a la venta.
Buen articulo, pero si no me equivoco el MR2 AW11 Supercharged llevaba un sobrealimentador roots, el 4A-GZE.
Un saludo
Me refiero a que el motor es el 4A-GZE, por si no quedó claro.
Seguid con este buen contenido, se agradece!
Corregido, gracias por avisar.