Tal vez a muchos lectores no les resulte familiar el pequeño fabricante británico Noble, padre de la criatura que tratamos en el día de hoy, el Noble M600. Nuestros vecinos insulares siempre han tenido tradición en fabricar superdeportivos gestados en las mentes de pequeños fabricantes, y este modelo es un ejemplo de ellos. Noble es un fabricante de deportivos menos conocida que las grandes italianas como Ferrari o Lamborghini, pero su nivel de artesanía y exclusividad está al nivel de los mejores. Tiene su sede central en Leicester, Inglaterra.
El Noble M600, creación surgida de la batuta de Lee Noble, es un claro exponente de coche digno de coleccionista, solo apto para manos expertas y conocedoras de lo que es tener un pura sangre entre las manos, hecho para disfrutarlo, y por supuesto poseedores de una abultada cuenta corriente. Su precio, unos 230.000-250.000 euros.
Entre sus rivales más directos nos encontramos con máquinas de la talla del McLaren MP4-12C (unos 212.000 euros) o el Ferrari 458 Speciale Aperta (281.000 euros). Son modelos algo más grandes, más pesados y con unas prestaciones ligeramente peores. De todas formas, nos movemos en una liga de superdeportivos galácticos, fuera del alcance de la mayoría de los mortales.
Este biplaza contiene una interesante mezcla de elementos procedentes de Porsche y Ferrari, consiguiendo un acertado equilibrio, dentro de unas medidas que son comparables a cualquier compacto de hoy. Detalles como un interior forrado en piel, algunos interruptores tipo switch, como en los vehículos de competición, o más propios de un avión de combate, marcan algunas diferencias frente a la competencia.
Una ventaja que otorga la marca a sus clientes es la posibilidad de una relación totalmente personalizada e íntima, con un ambiente muy familiar. El cliente puede visitar la fábrica cuando lo desee y seguir el proceso de fabricación y ensamblaje de su criatura, pudiendo conocer a los responsables que intervienen en todo el proceso, desde diseñadores, ingenieros o directivos.
Las opciones de personalización son infinitas, dependiendo de nuestro bolsillo. Nos encontramos con la posibilidad de elegir el tipo de tapicería –piel o alcántara-, de alfombrillas, de asientos, de costuras –sencillas o dobles-, de asientos –de tipo confortable para el uso diario, bacquets o semibacquets-, elementos de fibra de carbono en diferentes partes del habitáculo… Lástima que no esté climatizado.
Otra particularidad del coche es lo que esconde bajo su capó trasero, un motor 4.4 de origen Volvo y desarrollado por Yamaha, de arquitectura V8, en posición central trasera, con una cilindrada de 4.414 cc y doble turbo, que entrega 650 CV a 6.800 RPM en su nivel de entrega máximo (Race, carrera), existiendo dos más “civilizados” de 450 CV (Road, nivel confort) y 550 CV (Track, nivel intermedio), y un par igual de bestial, de 819 Nm a solo 3.800 RPM.
Toda esta energía se transmite al eje trasero mediante una caja de cambios manual de seis velocidades en posición transaxle, fabricada por Oerlikon Graziano, una empresa líder en la fabricación de transmisiones de alto rendimiento, con 80 años de experiencia; tan solo criticar un embrague de accionamiento muy duro. Su motricidad es excelente y la dirección simplemente sensacional.
Sus excepcionales prestaciones no son debidas solamente a su soberbia mecánica, sino a otros factores determinantes, como su estudiada aerodinámica y a su contenido peso, que oscila entre los 1.198 y los 1.250 kg. Esto se consigue gracias a un chasis tubular de acero al que se le une una ligerísima carrocería fabricada en fibra de carbono.
Su velocidad máxima ronda los 360 km/h, poco más de 3 segundos para el registro de 0 a 100 km/h y solo necesita unos 9 segundos en cubrir… ¡el 0 a 200 km/h!
Sus dimensiones son de 4.360 mm de largo, 1.910 mm de ancho y 1.120 mm de alto. No resulta muy políticamente correcto hablar de consumos en un vehículo de esta naturaleza, pero la marca nos da esta información para quien desee conocerlos: 22,1 l/100 km en recorrido urbano, 9,3 l/100 km en extraurbano y 14 l/100 km en combinado.
Para un control absoluto de esta máquina se cuenta con una suspensión de doble horquilla y amortiguación ajustable Multimatic, un sistema que permite regular la dureza de los amortiguadores y ajustar la barra estabilizadora trasera, rematado por un equipo de frenos de 360 mm y pinzas de seis pistones en el eje delantero, y 350 mm y pinzas de cuatro pistones en el eje trasero.
Su calzado tampoco le va a la zaga, con medidas de 255/30 R19 delante y 335/30 R20 detrás. ¡Menudos zapatos! Si tu deseo es divertirte al volante y ver las posibilidades del coche te lo vas a tener que currar bastante, es una máquina muy exigente y no te va a dar facilidades.
Lo que más llama la atención es su radical planteamiento: carece de todo tipo de ayudas electrónicas, y nada de caja de cambios automática, lleva una caja manual de seis velocidades. La única concesión realizada al respecto es un control de tracción desconectable, pudiéndose desconectar pulsando un interruptor proveniente del sistema de lanzamiento de misiles del avión de ataque Tornado.
En ediciones posteriores se pusieron a la venta diferentes versiones, presentándonos tres variantes del modelo: M600 Coupé, la más básica, M600 CarbonSport , igual que el coupé pero con cantidades industriales de fibra de carbono, y M600 Speedster, la apuesta descapotable del Noble M600, con un chasis pensado para una posterior versión Roadster, pensada para el multimillonario mercado chino, donde seguro que no tiene problemas para colocar sus deportivos.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...Auto artesanal de pura cepa, en dónde le pega en la cara a fabricantes con mucho más presupuesto y estructura, me fascinan las marcas realmente artesanales!!!!!
Desde la primera vez que vi este cacharro (creo que en Top Gear) me pareció un disparate… En el buen sentido.
Me encanta. Siempre lo he tenido en el Top 10 de superdeportivos “raros”.