No, Tesla no acaba de presentar ningún nuevo modelo. La compañía holandesa Remetzcar, experta en personalizaciones y recarrozados, como limusinas o coches fúnebres, acaba de presentar en sociedad el Remetzcar Shooting Brake. El vehículo no es exactamente lo que su nombre indica. Se trata de un Tesla Model S recarrozado como ranchera, familiar o station wagon, como queráis llamarlo, porque un shooting brake es un GT de tres puertas y 4 plazas, con la puerta del maletero bastante cerca de ser vertical.
La compañía tiene bastante experiencia, ya que nació en 1996, y desde entonces ha realizado creaciones de calidad sobre todo de limusinas, y últimamente famosa también por crear el primer coche fúnebre basado en un Tesla Model S, el Remetz Tesla Model S Hearse.
En esta ocasión, la historia es diferente. Un cliente llamado Floris de Raadt soñaba con tener un coche familiar, pero completamente eléctrico. Tras comprobar que en el mercado ninguna marca ofrece por ahora lo que deseaba, se puso en contacto con Remetz, tras ver la conversión fúnebre del Model S. Eso le dió la idea de que Remetz era capaz de hacer el trabajo que el deseaba y contactó con ellos.
La compañía se puso manos a la obra y contactó con Niels van Roij Design, una compañía de diseño de automóviles radicada en Londres. Tras dibujar diferentes bocetos, eligieron uno y Frank Reijenga, ingeniero de la compañía holandesa se puso a trabajar para llevarlo a la realidad. Esto incluye modelos en 3D y a escala real, que posteriormente son escaneados para construir las piezas finales. Vamos, casi el mismo proceso que sigue un fabricante tradicional, pero limitado a la zona en cuestión.
Después de vaciar el Model S de todo su interior, los carroceros se pusieron a cortar el pilar C, para adicionar la parte del nuevo diseño, que básicamente es parte del techo, pilar C, y portón trasero. Posteriormente le adicionaron nuevos paneles de aluminio para dar forma a la nueva trasera. Tras el proceso de pintado, se sumaron las nuevas molduras cromadas, de nueva factura y hechas a mano por Erik Metzelaar, algo que parece ser fue un reto para la compañía.
Viendo el resultado final, parece que han hecho un buen trabajo, aunque en mi opinión el cromado tan grueso resulta un poco forzado. El diseño no resulta tan artificial como el de Qwest, la primera empresa que hizo una conversión de un Model S en ranchera a finales del año pasado. Se trata de un diseño fluido, que no desentona con las líneas del modelo original. Sin duda, un coche único que podría pasar por una versión de fábrica. Tan bien les ha quedado, que van a realizar una tirada corta de 20 unidades, para algún otro cliente que desee este tipo de vehículo.
¿Cual ha sido el coste? Pues la compañía no lo ha facilitado aún, pero podemos tomar una referencia teniendo en cuenta el coste de la conversión de Qwest, que es de 79.800 euros, a lo que hay que sumar el precio del Tesla Model S, que en su versión más “económica”, la 75, cuesta 87.400 euros, lo que nos arroja un total de 167.200 euros. Estoy seguro que por la calidad del trabajo de Remetz, este precio puede ser algo superior. Está claro que la exclusividad hay que pagarla.
Pablo Mayo
Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.COMENTARIOS