Confieso que los BMW Serie M que siempre me han resultado más atractivos se muestran en azules, grises o negros –bajo ese criterio, podría haber optado por dedicarle estas líneas a otro de los M3 que se anuncian en el catálogo de Classic Driver, uno de su mismo año de producción e intervenido en su tiempo por la casa de tuning alemán Hartge–, pero este BMW M3 Coupe 1989 rojo es la prueba cabal de que, a veces, las palabras sobran.
Objeto de artículos varios ha sido el BMW M3 E30 de parte nuestra, sobre todo cuando de restomods o de personalizaciones se trataba. Nada de todo eso aquí. Este ejemplar conserva apariencia y características originales, y el hecho de que luzca como un inmaculado se debe al trato que recibió en sus más de 35 años, un trato único en el sentido más estricto de la palabra.
Una vez más comprobamos que el M3 es uno de esos deportivos que cuesta soltar e imaginarlo fuera de nuestro garage, porque el M3 es un tesoro preciado de garage. Es lo que, al parecer, experimentó su anterior y único dueño, quien lo adquirió nuevo en Países Bajos y le dio el cuidado que se merecía. Pero, sabrán entender los devotos de este tipo de automóviles, un coche de garage no es uno guardado bajo siete llaves.

Un BMW M3 Coupe 1989 de estado original puro
Mientras gozaba de un notable mantenimiento, este BMW M3 de primera generación hacía lo que mejor sabe hacer: andar. Los 231.722 kilómetros revelan que el afortunado único propietario le ha sacado jugo. Tres décadas y media conduciendo su tracción trasera, experimentando sus 195 caballos y conociendo hasta la parte más intangible significa una sola cosa: pocos estarán tan capacitados para hablar del modelo como quien ahora dice basta y le confía su coche a la concesionaria neerlandesa E&R Classics.
Tan original como en su primer día. Esa es la mejor manera de definir a este cupé alemán. Original por fuera, porque la tonalidad de rojo que ven es el color de fábrica Zinnoberrot con que se entregó tras salir de la línea de montaje, pero también por dentro, con una tapicería de cuero negro y en muy buenas condiciones originales, según informa Classic Driver. Si el BMW M3 es uno de esos de los que cuesta desprenderse, su habitáculo es uno de esos de los que no quisiéramos salir nunca. Ni siquiera para arriba, abriendo el techo corredizo.
Por esto es que la vara se le presenta alta al segundo propietario. Por esto y porque ha estado tan bien cuidado que se vende sin ningún tipo de daño. Nada de retoques mecánicos, ajustes en los frenos o cambio de neumáticos. “Listo para salir a la carretera”, indica el sitio. El cuatro cilindros 2.3 y la caja manual de cinco velocidades esperan, así como una cotización de unos 110.000 euros a quien se interese por este M3. Y quien se interese de verdad, no buscará comprar un coche, sino la obra que su primer y único dueño hasta el momento forjó durante 35 años.
Mauro Blanco
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