El BMW 320td Compact fue una de las versiones más populares del modelo alemán. El Compact representaba lo que muchos conductores jóvenes buscaban: un BMW compacto, tres puertas, de talante claramente deportivo y juvenil, prestaciones de primer nivel y un precio algo más contenido que el sedán. Era, como su nombre indica, el compacto de la marca en aquellos años, pues todavía no había hecho acto de presencia el Serie 1.
La Serie 3 Compact llegó al mercado con la generación e36. Era una propuesta un tanto diferente a lo habitual y provocaba que en la gama del modelo, hubiera versiones muy similares. De hecho, si no fuera por la falta del volumen del maletero, el BMW Serie 3 Compact bien podría pasar por el coupé. Quizá por eso, para diferenciarlos aun más, la segunda generación del Compact recibió un tratamiento estético propio, con ese frontal con cuatro proyectores circulares –los exteriores más grandes que los interiores– y esa trasera tan personal.
El resultado fue un éxito, sobre todo las versiones con motores turbodiésel, que tenían en el 320 td la máxima expresión en motores alimentados por gasóleo. Las versiones disponibles en el Serie 3 Compact eran limitadas, la idea era ofrecer una opción compacta, que luchara con modelos como el Volkswagen Golf, pero no se quería que pudiera robar clientes al sedán o al coupé. De todas formas, ¿os imagináis un Serie 3 Compact con al menos 250 CV? El más potente fue el BMW 323ti Compact, con 192 CV.
BMW se arriesgó mucho con los rasgos que imprimió en el Serie 3 Compact, aunque las versiones con el paquete M mitigaban ese riesgo
No llega tan lejos el 320 td Compact, pues, aunque era la versión turbodiésel más potente, la cifra se quedaba en 150 CV. El motor era un cuatro cilindros de 1995 centímetros cúbicos, inyección directa, turbo de geometría variable e intercooler, para extraer esos 150 CV a 4.000 revoluciones, así como 33,7 mkg a 2.000 revoluciones. Primero se vendió con cambio manual de cinco relaciones, pero la llegada de la caja de seis marchas hizo más interesante el modelo. Es más, esa caja de cambios logró que mejoraran ligeramente los consumos y las prestaciones.
Oficialmente, el 0 a 100 km/h se completaba en 8,7 segundos y la velocidad máxima era de 219 km/h. Según la revista Auto y diésel semanal, el sprint requería 9,2 segundos, aunque no publicaron cifra de velocidad máxima. Por otro lado, si registraron los típicos ejercicios prestacionales, como el 0 a 400 metros, que se hacía en 16,5 segundos, o el 80 a 120 km/h en quinta, que necesitaba 9,1 segundos. ¿Los consumos? La media publicada por la mencionada revista era de 6,36 litros, que no contrastaba en exceso con lo anunciado oficialmente por la marca, que eran 5,7 litros.
Por supuesto, el BMW 320 td compact era una referencia en cuanto a comportamiento, que viene a ser uno de los apartados donde la marca alemana siempre ha tenido la delantera frente al resto. Solo el dato sobre el reparto de pesos ya te hacía pensar en una conducción más que interesante –51% sobre el eje delantero y un 49% sobre el trasero–. También montaba el reglaje deportivo para la suspensión –era de serie para toda la gama– y unos neumáticos en medidas 205/55 en llanta de 16 pulgadas, ruedas que, todo sea dicho, hoy parecen pequeñas.
El precio del BMW 320td Compact, con el paquete M –como en las fotos, que le sentaba la mar de bien–, era de 25.800 euros. Hablamos de un coche de 2001, era un precio muy, muy alto.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS