Por estas latitudes –Argentina, en mi caso–, el Volkswagen New Beetle nunca fue un coche que se viera por las calles a diario. A pesar de que siempre ha estado presente, nunca fue un vehículo de gran volumen y ver pasar uno o verlo aparcado es todo un bálsamo ante tanto modelo de diseño ordinario. ¿Qué le queda entonces a su versión más deportiva? Pues, si un ejemplar estándar brilla más por su escasez que por su presencia, sería toda una rareza, una completa casualidad –un completo milagro, diría yo–, encontrarse con uno de la edición limitada.

Permítanme un repaso antes de cerrar con el ejemplar que aquí les traigo, uno de los últimos que salieron de fábrica y por tanto más evolucionados. Esta edición limitada, a la que ya le hemos dado lugar en nuestra sección Coche del día, fue el Volkswagen New Beetle RSi, la variante más deportiva, insisto, que se diferenciaba mecánicamente por su inyección de gasolina, la denominada RennSport. Lanzado en 2001 como parte de la primera generación, de este Beetle se produjeron apenas 250 unidades.

Era entonces un coche de colección y les soy sincero: no les puedo confirmar cuántos de esos 250 ejemplares están hoy funcionando. En su interior, una placa ubicada entre los asientos era la que, precisamente, identificaba a cada unidad. Esos asientos eran de carrera y eran unos Recaro tapizados en cuero naranja y sobre un esqueleto de fibra de carbono, material que inundaba el habitáculo para que ganara deportividad: revestía parte del túnel central y los guarnecidos de las puertas al por mayor. El aluminio billet era otro material ligero que se aplicaba para complementar.

Retomando el tren motriz, la inyección de combustible, en realidad, era una de las diferencias mecánicas, ya que el RSi no llevaba debajo del capó el cuatro cilindros 1.4, ni el de 1.6 litros. Tampoco incorporaba el 1.8 destinado a la versión Turbo S del mercado norteamericano, ni el de dos litros. No, tampoco contaba con el 2.3, el L5 de cinco cilindros. Este New Beetle se destacaba del resto por ser, humildemente, el único con motor de seis cilindros. Hablo del VR6, una fórmula muy presente en sus años, aunque, claro, ya sin lugar en las factorías a partir del anuncio que oficializara su retirada en un comunicado de diciembre del 2024.

Pero no era el 2.8 –desplazamiento inicial–, sino que se trataba del tope de 3.2 litros. El resultado fue el el New Beetle más potente de todos: a través de una caja manual de seis velocidades, su VR6 enviaba a las cuatro ruedas –el sistema 4MOTION del fabricante alemán– una potencia máxima de 225 caballos y un par de 320 Nm, también inalcanzable por los otros Beetle.

Factor no menos importante el de la suspensión, alterada exclusivamente para esta versión. El eje trasero fue reforzado al agregarse allí un travesaño –detrás de los asientos, para ser exacto–. Los alemanes calzaron al RSi con unas llantas OZ Superturismo de 18 pulgadas, pero había allí una debilidad: la vida útil corta de los neumáticos traseros. Respecto de las ruedas, verlo de frente o desde la zaga era revelador dada la considerable anchura  de los pasos con 80 milímetros extra. Un paragolpes delantero nuevo era otro de los refuerzos exteriores, pero también llevaba uno en el sector trasero. Allí, lo más notable e indisimulable era su alerón trasero, la gran estrella.

Versiones destacadas hubo varias. La Final Edition y la edición Hot Wheels –de producción todavía más limitada, a 240 unidades–, por mencionar algunas. Como el RSi, sin embargo, no hubo. Fue el de motor más grande, con más cilindrada que el resto, con más potencia, con más respuesta, único con tracción total y único en ofrecer manual de seis velocidades. Era el más rápido: ninguno más corría por encima de la barrera de los 220 km/h y ningún otro New Beetle alcanzaba los 100 km/h de parado en menos de siete segundos.

Uno de los últimos Volkswagen New Beetle RSi

Si bien las imágenes que pueden ver aquí corresponden a una puesta en venta que data del 2019 –por lo cual ese odómetro que se anunciaba en más de 39.000 kilómetros se supone que está por demás desactualizado–, nos sirven como una suerte de radiografía de lo que eran los RSi y un ejemplar de los últimos en particular.

Modelo 2003 –último año–, este New Beetle lucía al momento de la mencionada puesta en venta las especificaciones propias de esta producción de colección, aunque, lamentablemente, no hay forma de comprobar de qué unidad se trata, pues ni en los datos publicados ni en la galería de fotos hay muestras de la placa en su interior que nos lo informe. Confiamos en que al día de hoy se sigue manteniendo en pie y rogamos que, de haberse modificado, se mantenga lo más original posible.