Por el nombre de Alfa Romeo Giulietta, no son pocos fanáticos de la marca que, inmediatamente, piensas en el modelo de la década de los 50 y 60. Pero en realidad, hubo otro Giulietta después, aparecido en los años 70 para reemplazar al Alfa Giulia y aunque por imagen y cualidades dinámicas era un auténtico Alfa Romeo, había otras cosas que no estaban al nivel que se merecía. El Alfa Romeo Giulietta 2.0 fue una de las versiones más equilibradas y más interesantes de la gama, de los que, por cierto, apenas quedan unidades.
El Alfa Romeo Giulietta 2.0 procede de una época en la que todavía se trabajaba bajo el amparo del IRI, algo así como el INI español –Instituno Nacional de Industria– pero en Italia. La compañía, recordemos, fue rescatada y gestionada por el gobierno italiano hasta que apareció FIAT, lo que ocurrió unos años después de que se presentara el Giulietta Tipo 116 –así es como se conoce a esta generación del Giulietta–.
Alfa Romeo presentó el coche en 1977 bajo el nombre de “Nuova Giulietta” y basaba la técnica del modelo en el Alfa Romeo Alfetta, incluida la caja de cambios en posición transaxle y el eje trasero De Dion, así como su tendencia a oxidarse, un problema que ha provocado que apenas queden unidades del Tipo 116 en circulación. Es un mal endémico de los Alfa Romeo de los años 70 y 80.
Sobre la base técnica del Alfassud, el Nuova Giulietta presentaba un concepto de sedán con aspiraciones deportivas del que pocos se acuerdan
La versión 2.0 apareció en 1980, con un motor de cuatro cilindros, 1.962 centímetros cúbicos, culata de dos válvulas y dos árboles de levas, dos carburadores Dell’Orto y una potencia de 130 CV a 5.400 revoluciones. Era un coche ligero, 1.100 kilos según datos oficiales, y prometía una velocidad máxima de 185 km/h, pero además, también prometía, como cualquier otro Alfa Romeo, un talante deportivo por encima de la media.
Como todos los Alfa de aquellos años, presentaba un diseño dominado por las líneas rectas y ángulos marcados, cuyo frontal se vería replicado, o al menos reinterpretado, en modelos como el Alfa Romeo 33 o el Alfa Romeo 75. Su trasera, en cambio, tenía un diseño muy particular, muy elevada visualmente y con unos pilotos colocados muy arriba que no lucía tan interesante ni tan personal como el resto del coche. Sin embargo, como ya se sabe, para gustos los colores y en general, el Alfa Romeo Giulietta lucía atractivo, más todavía el Gilluetta 2.0, que contaba con una decoración en dos tonos que aligeraba visualmente su línea.
Los rivales del Alfa Romeo Giulietta 2.0 eran modelos “de peso”, bien dotados y en general, todos por encima del modelo italiano en cuanto a calidad de fabricación. Por ejemplo, estaba el BMW 320i –generación e30–, con un motor de seis cilindros en línea, 1.991 centímetros cúbicos y 125 CV. También estaba el Mercedes 190E con un cuatro cilindros de 1.997 centímetros cúbicos e inyección con 122 CV. Había rivales también desde Italia, como el Lancia Beta Trevi Bolumex, que además, gracias a un motor de 1.995 centímetros cúbicos, carburador y compresor, rendía 135 CV.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS