El Volkswagen Polo Classic pertenece a un tiempo muy lejano, con gustos bastante diferentes y necesidades totalmente distintas. El Polo Classic, aparecido en los 80, es un Volkswagen Polo tres puertas al que añadieron un tercer volumen a la carrocería, algo así como un BMW Serie 3 Coupé, por poner un ejemplo claro, pero que no se vendía como coupé, ni tampoco como coche con aspiraciones deportivas. Sin embargo, era, según la prensa de la época, un coche con cierto prestigio, aunque con una imagen que no acabó de cuajar en España.
Allá por la década de los 80, los coches con carrocerías de tres volúmenes tenía mucho prestigio entre los usuarios. Ofrecían una imagen de coche “superior”, todo el mundo, o casi, quería un sedán y las marcas, por lo general, ofrecían en sus catálogos un par de opciones. El Volkswagen Polo Classic procede de aquellos años y explotaba esa idea de coche de tres volúmenes, de sedán, pero a un precio algo menor, obviamente. No debemos olvidar, que seguía siendo un Polo, lo que por entonces se denominaba “polivalente”. Curiosamente, el Polo Classic no estaba solo en el mercado, en su misma categoría también se podía encontrar al Opel Corsa con carrocería sedán de dos puertas.
Uno de los detalles que se criticó del Pollo Classic en las pruebas de la época, era la extrema sobriedad de su diseño. Era un coche muy alemán, con líneas sobrias, aunque bien integradas unas con otras, acabados muy correctos y equipado solo con los elementos imprescindibles. Esa sobriedad se notaba, claramente, en el diseño de su salpicadero, sin gracias alguna, aunque bien montado y rematado. No obstante, todo esto quedaba eclipsado cuando uno echaba un vistazo a la ficha técnica y veía el tamaño del maletero: 527 litros. Era más grande que el maletero de un Peugeot 505 o un Opel Rekord. De hecho, era más grande que el maletero de cualquier compacto fabricado posteriormente, y también más grande que el maletero de muchos sedanes fabricados en pleno Siglo XXI.
Se comercializaba como Polo Classic, pero su carrocería podría haber sido considerada propia de un coupé. BMW, por ejemplo, vendía un sedán de dos puertas como coupé y así hacían también otras marcas
La revista Autopista, en el número 1.345 –abril de 1985–, publicó una interesante comparativa entre el Volkswagen Polo Classic y el Opel Corsa TR, en la que se destacaba, entre otras cosas, el comportamiento dinámico del Polo Classic, catalogado de progresivo y noble, con una estabilidad direccional muy elevada aunque también era un coche que, por puesta a punto, veía como su comportamiento se degradaba con asfalto roto y exigía unas constantes correcciones con el volante. Como curiosidad, Maximo Sant, quien firmaba la comparativa, decía que al ser un coche que tenía dificultades para encontrar aparcamiento en las grandes ciudades al tener una longitud que rodaba los cuatro metros.
Bajo el capó, el Volkswagen Poco Classic tenía un cuatro cilindros de 1.272 centímetros cúbicos de cotas casi supercuadradas –75 por 72 milímetros para diámetro y carrera–, que, alimentado por un carburador vertical de dos cuerpos, rendía 55 CV a 5.600 revoluciones y 9,8 mkg de par a 3.300 revoluciones. La caja de cambios solo tenía cuatro relaciones, y además, según cuentan en la mencionada comparativa, con desarrollos descaradamente cortos. Al menos, el coche era claramente muy ligero, 758 kilos en orden de marcha, y sus 55 CV le mandaban hasta los 155 km/h de velocidad máxima, con un 0 a 100 km/h en 14,2 segundos y unos consumos de 7,2 litros a 120 km/h y de 7,7 litros cada 100 kilómetros en recorridos urbanos.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS