FIAT Uno Turbo… cuanta leyenda hay a su alrededor, ¿verdad? Bueno, como de cualquier aparatejo turbo de aquellos años. El caso es que, en realidad, el FIAT Uno Turbo fue un coche espectacular y muy rápido para su época, y ni siquiera pasaba de los 120 CV, cuyo temperamento pilló de sorpresa a más de un conductor. No debemos olvidar que aquellos turbo no son, ni de lejos, los actuales.
Así, pues, si el FIAT Uno Turbo original fue considerado una bomba, ¿qué pensarían del FIAT Uno Turbo Torino? Un especialista en tuning con sede en Roma y llamado Giannini, convirtió al Uno Turbo es un modelo superlativo, quizá un poco exagerado para la época, tanto en lo referente a prestaciones como a la estética. Un coche realmente espectacular que poca gente conoce, lo que resulta bastante curioso.
El FIAT Uno Turbo apareció en el mercado durante una época, los años 80, durante la cual, el turbo se había convertido en la moda, en la tecnología preferida para extraer potencia a raudales, procedente de competición. Eran los años del Grupo B, de la Fórmula 1 turboalimentada, de los Grupo C en el Mundial de Resistencia y de los CanAm con más de 1.200 CV. Quien quería destacar en la calle, necesitaba un turbo.
Por ello, FIAT optó por darle “turbopotencia” al Uno y crear una máquina que, gracias a su poderío y a su bajo peso, se convirtió en una leyenda y se rodeó, igualmente, de leyenda. Sin embargo, hubo, como suele ocurrir, quien quería más. Y para ellos, Giannini tenía la solución: el Uno Turbo Torino, un FIAT Uno Turbo con nada menos que 148 CV a 6.000 revoluciones y 22 mkg de par –casi 216 Nm de par– a 3.800 revoluciones.
El trabajo se realizó sobre el Uno Turbo de segunda generación y no solo se centró en la potencia del motor, que por cierto, se obtuvo mediante un turbo Garrett T2 y un nuevo intercooler, así como una nueva inyección electrónica Bosch, modificaciones en válvulas de escape y distribución.
Junto a los cambios mecánicas, también se modificó la carrocería hasta darle un aspecto más propio de “homologation special” para el Grupo B. La carrocería se ensanchó notablemente, al tiempo que se cambiaron los paragolpes por nuevos elementos –el delantero especialmente diseñado para mejorar el flujo de aire–. Se montaron llantas específicas más ligeras y en medidas 195/50 R15 y se cambiaron los asientos por unos Sparco casi de carreras, que además eran alrededor de 13 kilos más ligeros que los originales, y por supuesto, ofrecían mejor sujeción.
No sabemos cuantas unidades se fabricaron, de hecho, algunas fuentes afirman que solo se fabricaron tres ejemplares, uno rojo, otro azul y otro de color gris plata, aunque también hay otras fuentes que aseguran que es el mismo coche pero pintado de diferentes colores. Una lástima, porque seguramente se habría convertido en toda una leyenda.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS