El Citroën BX, con sus más de 30 años y su peculiar diseño, es uno de esos coches que todos aceptan como clásico. Por edad, sin duda lo es, pero por diseño… algo menos. Estamos en ese momento en el cual, los clásicos parecen menos clásicos, y aunque el BX es anterior, parece haber nacido en la década de los 90.
No, en realidad el BX llegó al mundo en 1982 y os podéis imaginar el debate que provocó su silueta, ¿verdad? Era un coche, digámoslo así, muy Citroën, aunque visto con la perspectiva que da el tiempo, llama mucho la atención que para ser Citroën, contó con muchas versiones que hoy parecen algo fuera de lugar en un modelo de la firma gala.
Estaba el deseado Citroën BX GTi, inmortal ene la mente de los aficionados, el Citroën BX GT, pero también estaba el Citroen BX 4×4, una versión que llegó a copar el 5% de las ventas en Francia –equipado con un motor 1.9 de 107 CV– y estaba el Citroën BX Sport.
Seguro que habrá muchos pensando que Citroën ha tenido muchas versiones deportivas, y tendrá razón, pero antes debe pensar en cuando han aparecido esas versiones. ¿Con los GS y CX? Solo con los últimos. ¿Con los Xantia o Xsara? Solo con los últimos. También hubo algo con los C4 de la primera generación, o, por ejemplo, una brutal versión “Racing” del Citroën DS3.
El caso es que ahora, Citroën no tiene versiones deportivas, ni las tendrá, pues la marca ha centrado su atención en otras cosas. De todas formás, cuando hablamos del BX, por lo general, todo el mundo recuerda al GTI, lógicamente, y hace que el BX Sport quede siempre un poco eclipsado. Algo entendible, no obstante, pues el BX GTi fue toda una bala con sus 160 CV acompañados de las capacidades de la conocida suspensión hidroactiva.
Sin embargo, el Citroën BX Sport era una versión especial, con un claro talante deportivo que se apreciaba en la carrocería, con paragolpes más voluminoso y con entradas de aire más grandes, extensiones en las aletas, alerón… detales que se completaban con un interior también más deportivo, aunque como siempre, más comedido. Se cogió el selector del cambio del GTi, el salpicadero era del BX GT, asientos eran de corte deportivo y el volante de tres radios también era similar al montado por el BX GTi.
Bajo el capó, el Citroën BX Sport tenía un motor de cuatro cilindros y 1,9 litros –XU9 4–, que rendía 126 CV. Los encargados de poner a punto el motor fueron los integrantes de Danielson Engineering, empresa responsable de los vehículos de rallye de Citroën en aquellos años. Estos señores realizaron cambios en la culata, en las válvulas de admisión, en los pistones y se modificó la distribución.
La caja de cambios, manual de cinco relaciones, permitía explotar al máximo los 126 CV y alcanzar los 195 km/h, y acelerar de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos.
Del Citroën BX Sport se vendieron, en España, solo 308 unidades entre 1985 y 1986, así que actualmente es todo un rara avis.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".El Xantia ganó el París Moscú Pekín.
Precioso coche. Bonito es quedarse muy corto. Artículo lleno de lagunas y errores. La suspensión es hidroneumatica, la hidractiva empieza el 89 con el XM. El volante es de 3 brazos. El GTI és del 87 y lleva un mono brazo serie 2. El encargado del motor a doble carburación es Danielson. En fin….interesante saber que en España se vendieron 308 Ud.
Oriol, muy buenas. Te acepto la crítica de la suspensión, al final la costumbre puede y se mete la pata. Pero lo demás… por ejemplo, veo un BX GTi diariamente porque un vecino tiene uno, y el volante es de tres radios. No entiendo cuál es tu crítica sobre Danielson.