En Europa, los SUV lo dominan todo y los fabricantes se enorgullecen de contar con los coches que más ventas acaparan a lo largo del año. Sin embargo, llama la atención un dato: el coche más vendido de una marca como Cadillac, según datos de revistas como Road & Track, es el Cadillac CT5, un sedán, lo que contrasta enormemente con los datos que tenemos en Europa, donde los coches más vendidos de cada marca son, por lo general, SUV.
Dichos datos son el mejor ejemplo de lo diferente que pueden ser los mercados. Estados Unidos, un lugar donde los coches grandes dominan las carreteras y donde SUV han sido los coches preferidos junto a los pick-up, desde antes de que se volvieran populares en Europa, ahora, parece mirar hacia otros segmentos. Es más, Estados Unidos, el país del cambio automático para cualquier coche, se han cambiado los roles con Europa y el cambio manual se ha convertido en una cultura, mientras que aquí el tradicional selector en H y los tres pedales desaparecen.
Curioso cuanto menos, pero los hechos ahí están. Y el mejor ejemplo lo tenemos en el nuevo Cadillac CT5-V, lo más parecido a una reinterpretación moderna del BMW M5 E39. ¿Qué quiere decir esto? Pues que se trata de un sedán con un marcado talante deportivo, equipado con un motor V8 que se combina con un cambio manual de seis relaciones, es propulsión y no tracción total y se cuida mucho la vertiente pasional y el equilibrio dinámico, argumentos que ofrecía en su momento el M5 E39 y que lo convirtieron en la referencia de su segmento hace más de 20 años e incluso ahora.
Desde hace algunos años, en Europa todo el mundo se ha obsesionado con obtener las mayores prestaciones, tanto en velocidad punta como en aceleración o en curva, sin tener en cuenta otras cuestiones que, en un coche deportivo destinado a vías públicas, deberían ser imprescindibles: las sensaciones. Tracción total, diferenciales electrónicos, cambios automáticos, suspensiones pilotadas, electrónica para controlarlo todo en pos de la eficacia… coches que son extremadamente rápidos en circuito, pero pocos emocionantes en carretera abierta porque resulta imposible exprimir sus capacidades.
Motor V8, cambio manual, propulsión… ya no tenemos coches así en Europa, ni siquiera con carrocería coupé
El nuevo Cadillac CT5-V seguramente también será demasiado para exprimir a fondo en carretera abierta, pero el cambio manual y la propulsión ofrecen un punto pasional que a buen seguro permite muchas más sensaciones que cualquier máquina europea de su categoría. Aunque en realidad, deberíamos hablar del Cadillac CT5-V Blackwing, pues esta es la versión que más se parece al “viejo” M5 E39, al equipar un motor V8 y un cambio manual de seis relaciones. El CT5-V “a secas”, monta un V6 3.0 biturbo acoplado a un cambio automático de 10 relaciones.
Dicho bloque V8 alcanza los 6,2 litros de cubicaje –6.162 centímetros cúbicos–, los cuales, permiten enviar a las ruedas traseras nada menos que 498 kW a 6.500 revoluciones, unos 678 CV más o menos, complementados por unos espectaculares 893 Nm de par a 3.600 revoluciones. El CT5-V, por su parte, anuncia 268 kW –365 CV– y 550 Nm de par, que tampoco es moco de pavo precisamente. El V8, además, es puramente yankee, ya que monta culatas de dos válvulas y árbol en el bloque, aunque, curiosamente, no falta la sincronización de válvulas variable.
No obstante, la falta de tracción total no asegura un peso contenido, pues el Cadillac CT5-V Blackwing alcanza los 1.951 kilos –el CT5-V a secas sí puede montar 4×4, en cuyo caso, se va hasta los 1.906 kilos–. Parte de culpa de dicha cifra la tiene su tamaño, pues su longitud es de nada menos que 4.977 milímetros, mientras que el ancho es de 1.883 milímetros –2.039 de espejo a espejo–. Es pesado, no cabe duda, pero la relación peso-potencia es de 2,88 kg/CV en el caso del CT5-V Blackwing.
Hay otras cosas que no dan tanta envidia, como la enorme pantalla de 33 pulgadas de la que presume mucho la marca en su comunicado. Nos fijamos más en la presencia de botones para la climatización, un detalle que echamos de menos en una gran cantidad de automóviles modernos –tener que estar toqueteando la pantalla porque tienes frío o calor es un hartazgo… –. Hay una función para visualizar datos en vivo desde el asiento del copiloto, quien podrá consultar tiempos de vuelta o posición del freno, a la vez que el conductor puede ver el tiempo por vuelta en la pantalla frontal. También hay indicaros de potencia y par usados, junto a un medidor de fuerzas G y temperatura de los neumáticos.
El CT5-V Blackwing es lo más parecido a un BMW M5 E39 moderno, aunque con casi 300 CV adicionales y mucha electrónica
El Cadillac CT5-V, sea el normal o el Blackwing, no llegará a Europa y, por lo tanto, no tendremos, como en Estados Unidos, un sedán equipado con un enorme motor V8 y cambio manual. De hecho, la tendencia en el Viejo Continente es a la desaparición del cambio manual. Mercedes ya dijo que no haría más cambios manuales, BMW ///M solo lo ofrece en el BMW M2 y Audi tampoco lo monta en ningún modelo con cierto nivel de prestaciones. Y esto son meros ejemplos, los más parejos por categoría a Cadillac, pero entre los generalistas, la tendencia es la misma.
Y tú, amigo lector, ¿te comprarías un Cadillac CT5-V con el motor V8 y cambio manual, o un BMW M5 con tracción total y cambio automático? ¿Prefieres un Mercedes-AMG E63?
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS