Con las miras puestas en el Salón del Automóvil de Detroit de 1998, a inicios de ese mismo año, Aston Martin anunció a bombo y platillo un proyecto destinado a construir el superdeportivo del futuro. En realidad, se trataba del prototipo sobre el que se construiría el Aston Martin Vanquish de producción, comercializado desde 2001 como buque insignia de la marca. A diferencia de otros ejemplos equivalentes, este ejemplar único, denominado Aston Martin Project Vantage, no fue destruido ni mantenido en poder de la compañía, y ahora se encuentra a la venta a través de Classic Mobilia.
A modo de contexto, cabe apuntar que, a las puertas del nuevo siglo, Aston Martin, integrada en Ford, se veía en la necesidad de renovar un catálogo que era considerado demasiado conservador y muy poco excitante. Para conseguirlo, actores como Ford —o Ford Advanced Technology—, Borg Warner, Magnetti Marelli y AP Racing fueron reclutados para dar a luz a este superdeportivo, que significaba un nuevo comienzo para el fabricante británico.
El renombrado Ian Callum, responsable de la imagen moderna de la marca desde el aclamado Aston Martin DB7, fue el encargado de un diseño exterior, que, si bien recibió algunos cambios de camino a la entrada en producción ya como Aston Martin Vanquish, presenta todos los elementos representativos desde el prototipo. Las diferencias más llamativas entre ambos vehículos se encuentran en la trasera, donde se trabajó en una mejor integración del spoiler y se sustituyeron los pilotos, para darles una imagen más coherente con el resto de la gama de Aston Martin.
Consideramos que el Vantage Project refleja todos los elementos esenciales de potencia, rendimiento e implicación del conductor en consonancia con la tradición de Aston Martin”, dijo en su momento Bob Dover, que era el director ejecutivo de la marca británica
Su chasis fue construido empleando aluminio y fibra de carbono, basándose en tecnologías utilizadas por entonces en la fabricación de los monoplazas de Fórmula 1. También se incorporaban sistemas electrónicos propios de esta categoría, como era el caso de su caja de cambios automática de seis velocidades, que requería de solo 250 milésimas de segundo para cambiar de marcha y que podía operarse en modo secuencial con las levas tras el volante.
El propulsor que se ubicó bajo el capó delantero de este Aston Martin Project Vantage consistió en un V12 creado gracias a la unión de dos bloques Duratec de seis cilindros en uve. No obstante, Cosworth, que en aquella época era proveedor de motores de Fórmula 1, contribuyó a su puesta a punto, y fue la responsable de que el V12 de aluminio, con 48 válvulas y seis litros de cubicaje, entregase 450 CV de potencia máxima.
En su interior, con unos acabados a la altura de cualquier modelo de Aston Martin, destacan las molduras en fibra de carbono, que no llegaron al Aston Martin Vanquish de producción, el cual ofrecía solo acabados en materiales metálicos para esta superficie. Tampoco tuvo continuidad la instalación de arneses de cuatro puntos, que se sustituyeron por cinturones convencionales en el modelo comercializado. En cualquier caso, este Aston Martin Project Vantage supuso un punto de inflexión para la compañía, en otro de sus momentos difíciles, en términos financieros. Ahora, este modelo único está disponible para cualquier coleccionista que desee añadirlo a su garaje, por un precio que, aunque solo se puede conocer bajo consulta, estamos seguros de que no estará al alcance de muchos.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS