El Ferrari 812 Superfast, aparecido allá por 2017, llegó al mercado para reemplar al Ferrari F12 Berlinetta, es una obra maestra de Pininfarina con genes de Fórmula 1. Un “clásico” GT con motor V12 delantero “by Ferrari”, que antes de despedirse del mercado, dejó el listón especialmente alto con versiones como el F12 tdf –Tour de France–. Para muchos, el Ferrari F12 Berlinetta es uno de los mejores Gran Turismo que se han fabricado y comparado con su antecesor, el Ferrari 599 GTB Fiorano, representó uno de los mayores saltos tecnológicos y de diseño jamás llevados a cabo por la firma italiana.
Ciertamente, si comparas un 599 GTB con un F12 Berlinetta, la apariencia de este último es notablemente más agresiva, pero no solo eso, el diseño del F12 Berlinetta estaba tan logrado, que, si lo pones al lado de un 812 Superfast, costaría saber cuál de los dos es más moderno –obviamente, un aficionado lo sabría por conocer los dos coches y saber cuándo llegaron al mercado–. Ferrari dejó de trabajar con Pininfarina poco después de la creación del F12 y, seamos sinceros, se nota el cambio de un coche a otro, se aprecia claramente que hay un cambio de estilo, un cambio de personalidad que no logra alcanzar las cotas de estilo y equilibro que obtenían los diseñadores de Pininfarina.
Esa sensación de no lograr el mismo nivel, al menos en cuanto a imagen, se puede encontrar, incluso, en las pruebas publicadas por los medios especializados y en las versiones más especiales y radicales, el mencionado anteriormente, el F12 tdf y su heredero espiritual, el 812 Competizione. Ambos coches son realmente alucinantes, dos bestias no indicadas para profanos, que son objeto de deseo de coleccionistas y fanáticos de la marca, así como de todos los amantes de los coches de altas prestaciones. El primero, el Ferrari F12 tdf, apareció en el año 2015 y solo se fabricaron un total de 799 unidades, mientras que el segundo, el Ferrari 812 Competizione, hizo acto de presencia en 2021 y se anunció en dos versiones, el 81 Competizione, del que se prometieron 999 unidades, y el 812 Competizione A –por Aperta, una versión descapotable–, del cual, se anunciaron 599 ejemplares.
Ferrari tuvo que trabajar seriamente para pasar del F12 al 812, y sobre el papel, todo había salido bien. No hay una salto tan notable como el que existe entre el 599 GTB y el F12 Berlinetta, pero se ganó en prestaciones, eficiencia, comportamiento y calidades. No obstante, se ganó poco, pues ambos coches, el F12 y el 812, son casi igual de veloces, no en balde, el Ferrari 812 Superfast, es, claramente, una evolución del F12 Berlinetta.
Por nuestra parte, nos quedaríamos con cualquiera de los dos, sobre todo con las variantes más prestacionales. El Ferrari F12 tdf, por ejemplo, contaba con un salvaje V12 atmosférico –6.262 centímetros cúbicos– colocado delante del habitáculo, del cual, a la marca le gusta presumir de su cifra de par: 705 Nm a 6.750 revoluciones, con un 80% disponible desde 2.500 revoluciones, aunque tampoco se quedaba corto en potencia con 780 CV. En cuanto al Ferrari 812 Competizione, es un coche que busca ser todavía más extremo y anunció en su momento nada menos que 830 CV a más de 9.000 revoluciones, extraídos de un V12 de aspiración natural de 6.496 centímetros cúbicos.
Ambos modelos con obras de arte técnicas y tecnológicas, que si tienes el dinero suficiente, y hablamos de cantidades mareantes, puedes tenerlos en tu garaje. Básicamente, porque hay dos unidades, un F12 tdf y un 812 Competizione, actualmente a la venta. El primero, el Ferrari F12 tdf, está a la venta a través de Bring a Trailer y se encuentra en Texas con un precio de 877.708 eros, 960.000 dólares –el propietario, como curiosidad, también tiene un McLaren Senna–, mientras que el segundo, el Ferrari 812 Competizione, está disponible a través de James Edition con un precio de 1.592.503 euros.
¿Con cuál te quedarías si pudieras permitírtelo?
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS