El Dodge M4S Turbo Interceptor que apareció en la película The Wraith (El aparecido en castellano), se convirtió en una fantasía para los adolescentes americanos de los años 80, con un diseño espectacular y sus habilidades sobrenaturales.
El motor de este automóvil es nada menos que un Cosworth de cuatro cilindros en línea y 2.2 litros con dos turbocompresores, que le permite alcanzar una velocidad de más de 310 km/h y acelerar de 0 a 100 en 4.3 segundos.
El concept car original ahora se encuentra en el Museo Walter P. Chrysler, mientras que en el 2015 se vendió una versión restaurada con un motor Pontiac V6 sobrealimentado por 150.000 dólares, lo que lo convirtió en un objeto de colección muy buscado.
Hace muchos años, cuando Charlie Sheen no era tan famoso, surgió una película independiente, The Wraith, protagonizada por él, Randy Quaid y Sherilyn Fenn. Sheen era una misteriosa figura vestida de negro que conducía un automóvil igualmente misterioso, el Dodge M4S Turbo Interceptor, que era un concept car convertido en prototipo y que alcanzó popularidad en el mundo real gracias a la película.
El automóvil parecía de no fuera de este mundo, por lo que encajaba perfectamente con una película sobrenatural en la que el novio de una chica es asesinado, ella secuestrada y retenida por el villano. Luego el asesinado regresa del más allá como una persona diferente en un coche que liquida a los malos en choques feroces. Después de cada batalla, digamos que el coche se autorregenera y vuelve a estar como nuevo.
¿Difícil de creer?, pues estábamos en los años 80, la época en la que el DeLorean DMC era una máquina del tiempo genial. Entonces, ¿por qué el Dodge M4S Turbo Interceptor no podía ser un superdeportivo asesino? La película no tuvo mucho éxito en su patria y mucho menos en Europa, pero el coche sí y fue objeto de culto y fantasía de los adolescentes de esa época.
La nomenclatura M4S no era casual, tenía su significado. Motor central (Mid Engine), 4 cilindros y Deportivo (Sport). También llevaba el apellido PPG porque su futuro era ser coche de seguridad de la PPG IndyCar World Series.
Bob Ackerman fue el diseñador del automóvil (según declaraciones suyas se inspiró en el Porsche 962 IMSA GTP) y se construyó en 1981. Nunca se pensó en que llegase a ser un automóvil de producción, solo un vehículo conceptual para mostrar de lo que era capaz Dodge en aquel momento. Era muy diferente a cualquier otro Dodge e incluso a cualquier otro automóvil de la época. Posteriormente, inspiró algún que otro modelo del grupo, como el Dodge Laser e incluso se pueden averiguar sus líneas en modelos de otros fabricantes como el Jaguar XJ 220.
Como hemos dicho antes, el motor Cosworth de cuatro cilindros y dos turbocompresores Garret T25 era una auténtica bestia, ofrecía una potencia de 440 CV. Cambio manual de cinco velocidades y tracción trasera. En 1981 este era el coche de cuatro cilindros más rápido que existía. Su aerodinámica fue concienzudamente estudiada en el túnel de viento y se consiguió un CX de 0,23.
Aparte del vehículo original que hoy en día está en el museo de Chrysler, como hemos mencionado, se construyeron para la película cuatro carrocerías, dos sin motor y otras dos con un motor Volkswagen incorporado. Al término de la producción, una de las unidades con motor fue para su creador, Gene Winfield, quien luego se lo vendió a Bob Butts de Fantasy Car Ranch. Más tarde, Butts se lo vendió a Jonh Watson, un fabricante de automóviles en kit, quien se decidió a fabricar un automóvil inspirado en él, llamado Wraith II. El coche volvió a cambiar de manos y fue adquirido por Lyle Suhr, fanático de la película y del automóvil, que lo restauró incorporándole un motor de una Pontiac V6 sobrealimentado. Este automóvil restaurado terminó a la venta en subasta de Craigslist por 150.000 dólares en 2015. Desde ese año el coche ha desaparecido y su propietario lo guarda en secreto.
La segunda unidad desapareció desde el final del rodaje de la película hasta ahora, motivo por el que os traemos esta noticia hoy. En junio de este año, esta unidad ha salido a subasta a un precio de 300.000 dólares. Suponemos que está en un estado impecable, pero de su ficha técnica no sabemos nada más, quizá tenga el motor Volkswagen original o no.
Construir el icónico Dodge M4S Turbo Interceptor PPG costó más de 1,5 millones de dólares, un presupuesto increíble para la época. Dodge no escatimó en gastos, solo el trabajo de pintura alcanzó los 30.000 dólares. Este enorme coste de producción explica por qué solo se autorizó la presencia del coche original en el plató de la película una semana bajo gran vigilancia y únicamente para tomas en primer plano y la fabricación de las otras dos unidades para las tomas más arriesgadas.
Si actualizamos la inflación, a día de hoy el coste del coche sería de aproximadamente 4.395.000 dólares, por lo que suponemos que si algún día se pusiese a la venta el modelo original, su coste sería muy superior a esta cantidad.
Ángel Arias
La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.COMENTARIOS