El Lancia Delta apareció por primera vez en 1979, justo diez años después de que Lancia acabara bajo el control de FIAT. Era un compacto diseñado por el polifacético Giorgetto Giugiaro sobre la plataforma del FIAT Ritmo, aunque los ingenieros de Lancia se permitieron el lujo de rediseñar el eje trasero y todos los ajustes de la suspensión, lo que permitió que el Delta fuera infinitamente mejor coche dinámicamente hablando que el mencionado Ritmo.
Curiosamente, se criticó un poco la puesta en escena del Lancia Delta porque, según decían, tenía algunos rasgos similares al Volkswagen Golf, un coche que también fue obra de Giugiaro. El Delta era ligeramente más largo –3,89 frente a 3,82 metros– y era casi igual de ancho –1,62 frente a 1,61 metros– y quizá, por sus líneas rectas y algunas proporciones, podría encontrarse parecido. Al fin y al cabo, fueron diseñados por el mismo centro de estilo en la misma época.
Hay otras similitudes entre el Delta y el Golf, como su planteamiento. El modelo italiano se diseñó como vehículo utilitario y versátil, un vehículo práctico con un cierto estilo elegante y con detalles interesantes como tapicerías de terciopelo –muy Lancia–. Sin embargo, Lancia, cuya presencia en competición siempre ha sido de altísimo nivel, tenía que reemplazar al Rallye –más conocido como 037– y tomaron al Delta como base, por el interés comercial. Ya se sabe, gana el domingo, vende el lunes. No obstante, decir que se tomó como base es simple semántica, pues el Lancia Delta S4 poco tenía que ver el Delta que se podía comprar en las tiendas.
La cancelación del Grupo B, obliga a Lancia a desarrollar otro modelo para su participación en los rallies del Grupo A
Todo cambió cuando el Grupo B se canceló y los fabricantes se centraron en el Grupo A. Aquí es donde la historia del Lancia Delta HF comienza a cobrar peso –aunque ya había versiones HF y HF Turbo en el mercado–. Al igual que en el Grupo B, para homologar la versión de competición hay que tomar como base un modelo de producción, aunque en el caso del Grupo A, la tirada solicitada es muchísimo mayor que aquellas 200 unidades del B. Así, para la temporada de 1987, el elegido para tal menester es el Lancia Delta HF 4×4, del que se tendrán que fabricar nada menos que 5.000 unidades.
El Lancia Delta HF 4×4 no es tan sumamente especial como el S4, aunque ello no le quita interés. Presentado en 1986, en el mes de mayo, y puesto a la venta inmediatamente después, o casi, pues comenzó su comercialización en el mes de junio, el Delta HF 4×4 contaba con algunos detalles estéticos específicos, como unos paragolpes más envolventes y algo más cuadrados en al proa, siempre en color de la carrocería pero con una banda negra de plástico tanto delante como detrás. La calandra está flanqueada por cuatro faros circulares –los interiores son más pequeños–, el capó tiene unas entradas de aire casi junto a la base del parabrisas y se eliminan todos los cromados, que se reemplazan por elementos acabados en negro mate, mientras se instalan, para rematar el aspecto deportivo, unas llantas de 14 pulgadas específicas, junto a los logotipos “HF 4WD” frente a las ruedas traseras.
La carrocería no estaba ensanchada como en el caso de los Delta HF Integrale, era la carrocería estándar de cualquier versión del Lancia Delta, aunque el habitáculo si tiene algunos parecidos, como unos asientos Recaro más deportivos que, por cierto, estaban tapizados con tela Harlem Missoni 160 y Alcantara gris, al tiempo que el volante era de tres radios e igual al empleado posteriormente en el HF Integrale.
Con una relación peso-potencia similar, pero con mejor capacidad de tracción, el Delta HF 4WD se permitía el lujo de superar en aceleración a coches como el Porsche 944 2.5
En el catálogo de Lancia ya existía un Delta HF Turbo, aunque “solo” rendía 130 CV y era tracción delantera, que fue la versión que los ingenieros de Lancia tomaron como punto de partida para el HF 4WD, aunque aprovechó para llevar a cabo algunas modificaciones. Por tanto, el motor era el cuatro cilindros de 1.995 centímetros cúbicos procedente del Lancia Thema y que desciende del 1.6 diseñado por Lampredi, al que se aumentó la carrera hasta los 90 milímetros. La culata es simple, con ocho válvulas, pero tiene dos árboles de levas. Entre los detalles técnicos también merece la pena destacar los árboles contrarrotantes, para optimizar la suavidad y el refinamiento.
Sobrealimentado por un turbo Garrett T3 enfriado por líquido y tarado a 0,9 bares, asistido por un intercooler aire-aire y completado por un sistema de inyección y encendido Weber Marelli IAW, este motor anuncia para la ocasión 165 CV a 5.250 revoluciones y 255 Nm de par a 2.500 revoluciones, que pueden subir hasta los 284 Nm de par a 2.700 revoluciones. El motor se combina con una caja de cambios manual de cinco relaciones fabricada por ZF y un sistema de tracción total con un reparto del 56/44% delante y detrás respectivamente, mediante un diferencial epicicloidal viscoso Ferguson. El eje delantero tiene un diferencial libre, pero el trasero monta un diferencial Torsen que se toma prestado, nada menos, que del Maserati Biturbo. Un sistema de tracción, por cierto, que provoca que el peso se vaya hasta los 1.200 kilos –el motor 2.0 turbo también pesaba más de la cuenta–.
Las prestaciones anunciadas, a pesar de su aumento de peso, no eran malas. De hecho, podía superar en el 0 a 100 km/h a todo un Porsche 944 2.5, al completar el ejercicio en 7,8 segundos, frente a los 8,5 segundos del coupé alemán. El kilómetro con salida parada lo realizaba en 28 segundos y la velocidad máxima era de 208 km/h, una cifra que podría haber sido más elevada si la aerodinámica de la carrocería hubiera sido mejor.
Se fabricaron un total de 5.298 unidades y se anotó en su palmarés dos mundiales de rallyes: 1987 y 1988. Luego llegó el Delta HF Integrale…
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS