La trayectoria de Ferrari en las carreras de resistencia cuenta con uno de los momentos más novelables de su historia: su rivalidad con Ford durante la década de los años sesenta del siglo pasado. No en vano, sirvió como argumento para la película Le Mans ‘66. En aquella época, la marca italiana redoblaba esfuerzos en las carreras para intentar imponerse, por todos los medios, a los desafiantes Ford GT40 estadounidenses. Además de los prototipos oficiales, el fabricante de Maranello pondría en liza vehículos “cliente”, como el Ferrari 412P Berlinetta. Solo fueron fabricadas cuatro unidades de este prototipo, una de las se subastará durante la Monterey Car Week dentro de unas semanas, de la mano de Bonham Cars.
En concreto, el automóvil que podéis ver en las imágenes es el chasis 0854 del Ferrari 412P Berlinetta, que además fue adaptado en su momento para poder circular libremente por las vías públicas. Este modelo fue producido en 1967 como un desarrollo del Ferrari 330 P3, prototipo que el equipo oficial de Maranello había empleado el año anterior en el Campeonato Mundial de Sport Prototipos. En realidad, aunque el chasis tubular de acero era el mismo de aquellos, el Ferrari 412P Berlinetta incorporaba componentes desarrollados para su sucesor, el Ferrari 330 P4, como la carrocería, la suspensión y sus llantas de aleación.
Como apuntábamos al inicio, en aquel momento Ferrari servía estos modelos a diferentes equipos privados que eran los encargados de ponerlos en competición en La Sarthe y el resto de circuitos del campeonato, como escuadra complementaria a los prototipos oficiales, los Ferrari 330 P4. Esta unidad concreta fue entregada a Maranello Concessionaries y no se proclamó ganador de ninguna de las carreras en las que compitió, aunque sí se subió al podio en Spa en 1967, un resultado que contribuyó positivamente a la victoria final de Ferrari como constructor en el campeonato en esa edición. En las 24 horas de Le Mans de 1967 se vio obligado a abandonar tras una avería relacionada con la bomba de aceite. Aún se prodigó un año más por diferentes carreras, ya pintado de verde, para ser finalmente vendido a un ciudadano estadounidense que fue quien lo homologó para poder conducirlo en las vías públicas.
El Ferrari 412P fue un prototipo de carreras desarrollado por la marca italiana para complementar, como parte de equipos privados, a su escuadra oficial en el Campeonato Mundial de Sport Prototipos de 1967
Desde entonces, han sido varios los propietarios que han podido disfrutar de este histórico vehículo. En 2005 fue adquirido por su actual dueño, quien procedió a realizar una restauración completa que le devolvió su imagen original, al menos la que exhibió durante las 6 horas de Brands Hatch de 1967. Conserva la mayor parte de sus componentes originales, como toda la carrocería, su caja de cambios y su propulsor.
Por lo que respecta a este último, se trata de un motor atmosférico de 12 cilindros dispuestos en una uve a 60º, con 3.967 cc de capacidad. Con dos válvulas por cilindro, entregaba 420 CV de potencia máxima para impulsar sus escasos 835 kg de peso hasta una velocidad punta de 310 km/h. Es el mismo propulsor empleado en el Ferrari 330 P3, aunque para el Ferrari 412 P Berlinetta se recurría a seis carburadores Weber en vez de a un sistema de inyección. Ofrecía unos 30 CV menos que el Ferrari 330 P4 utilizado por el equipo oficial del fabricante del cavallino rampante.
Este muy exclusivo automóvil está destinado a cambiar de dueño dentro de unos pocos días. Su subasta tendrá lugar en California, concretamente en Monterey, durante la celebración de la Monterey Car Week que comienza el próximo día 11 de agosto. Aunque Bonham Cars no ha facilitado estimación alguna acerca del posible precio que podría alcanzar este Ferrari 412P Berlinetta, algunos expertos señalan que este se situará entre los 30 y los 40 millones de euros.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS