La plataforma Tipo Quattro fue la base para diferentes modelos, mucho antes de que Volkswagen comenzara con la sinergia entre marcas y se hiciera uno de los principales abanderados de dicha forma de trabajar. Una plataforma que sirvió para dar vida al Lancia Thema, al FIAT Croma y al SAAB 9000, junto al Alfa Romeo 164. Cuatro coches con personalidades muy definidas y muy distintas, que tuvo, como cabría esperar, su versión más deportiva en el Alfa Romeo, aunque todos contaron con versiones turbo e incluso una con motor Ferrari en el caso del Lancia Thema 8.31.
Sin embargo, el 164 ya era más deportivo que todos los demás en cualquier versión de la gama y por si fuera poco, lucía una carrocería diseñada por Pininfarina, con la que destacaba por encima de todos sus hermanos sin que ello supusiera dejar de lado las tradicionales formas de cualquier sedán. De hecho, el Alfa 164 es, de los cuatro modelos mencionados, el que más marcadas y más definidas tiene sus formas de sedán. Y además, para la época no contaba con una mala aerodinámica, pues se anunció un CX de 0,30.
El 164 era el buque insignia de Alfa Romeo a finales de los 80, cuando los SUV ni siquiera se habían imaginado y los generalistas se podían permitir el lujo de desarrollar coches para el segmento E sin miedo a sufrir las consecuencias. También es cierto que las vicisitudes del mercado en aquel momento eran bien diferentes a las actuales y eso, obviamente, afecta a la gama de productos de cualquier empresa.
La versión de entrada a la gama, es decir, el modelo más sencillo y menos potente de todos los disponibles en catálogo, era el Alfa Romeo 164 2.0 Twin Spark, una variante que compartía motor con el Alfa Romeo 75, aunque este último era propulsión y el Alfa 164 era tracción delantera. No obstante, esta versión, aunque fuera, como decíamos, la más sencilla, contaba con técnica derivada de competición y que, en aquel momento, resultó muy llamativa. Empleaba dos bujías por cilindro –por eso se llamó Twin Spark–, que permitía que el motor trabajara con una mezcla más pobre, lo que ayudaba a reducir las emisiones y también el consumo, pero sin que por ello se perdieran prestaciones.
Así, con 1.962 centímetros cúbicos, inyección Motronic y las mencionadas dos bujías, este motor rendía 148 CV a 5.800 revoluciones y 186 Nm de par a 4.000 revoluciones. Además, se diseñó un sistema de variación de fase para el árbol de levas de admisión, que aumentara el par disponible a bajo régimen. También presumía de una potencia específica de 75,43 CV/L, una de las más altas en aquella época entre los cuatro cilindros “dos litros” atmosféricos. El cambio era manual de cinco relaciones.
Entre las curiosidades que tenía el Alfa Romeo 164 2.0 Twin Spark, estaba la posibilidad de montar ABS de forma opcional o el equipo de ruedas, que podría parecer ridículo actualmente con sus 185/70 R14 –con embellecedores de plástico, nada de llantas de aleación–, las cuales, podían ser reemplazadas, en opción, por unas 195/60 R15. Tampoco se puede considerar un coche pesado, pues se anunciaban 1.200 kilos.
Su habitáculo no estaba cubierto por cuero, ni siquiera parcialmente, antes el cuero era un elemento reservado solamente para las versiones realmente equipadas, las más altas de la gama. No obstante, si se podía contar con tapicería de un material similar al Alcantara, muy próximo al terciopelo, que le daba un nivel de estilo al habitáculo por encima de la media.
Por desgracia, aunque no era mal coche, se le achacó un eje delantero muy subvirador y un habitáculo cuya calidad estaba por debajo de la media en el segmento, algo imperdonable por los usuarios del segmento E.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS