En las 24 horas de Le Mans, la tecnología híbrida ha estado presente en los últimos años en la categoría reina. Hoy en día, todos los competidores oficiales en la categoría Hypercar cuentan con un tren de potencia eléctrico y de gasolina, pero el primero en inscribir un automóvil con esta solución en carrera fue el Panoz Esperante GTR-1 Q9 Hybrid, todavía en el siglo pasado.
Fue en 1997 cuando Don Panoz comenzó a plantearse la idea de aprovechar una tecnología que aún daba sus primeros pasos en la automoción para tratar de mejorar el rendimiento de su Panoz Esperante GTR-1 en el Circuito de La Sarthe. En la edición de la carrera francesa de ese año, sus tres Panoz Esperante GTR-1, que debutaron entonces en competición, no consiguieron finalizar.
Así pues, Panoz se puso en contacto con Zytek para probar hasta qué punto la hibridación podría reportarles beneficios en competición. La compañía británica desarrolló un sistema eléctrico que añadía 150 CV al motor de combustión interna del modelo norteamericano, en este caso, un V8 de seis litros de cilindrada, de origen Ford y preparado por Roush. La potencia máxima total del sistema era de 660 CV. El paquete de baterías fue provisto por Varta y tenía un peso de alrededor de 130 kg. Estas eran tubulares y estaban situadas al lado del puesto de conducción. Su tecnología no tenía nada que ver con lo que podemos encontrarnos actualmente en vehículos híbridos o eléctricos a la venta en nuestro mercado, puesto que eran baterías de níquel-metalhidruro y su forma era tubular. El peso total del sistema eléctrico ascendía a los 210 kg. Una solución que sí estaba muy adelantada a su tiempo, y que luego hemos visto en coches tanto de producción como de competición, fue la frenada regenerativa, que permitía al Panoz Esperante GTR-1 Q9 Hybrid recuperar energía para su batería mientras recorría los 13,6 km del circuito de las 24 horas de Le Mans.
Según el propio Don Panoz, el motor eléctrico empleado en el Panoz Esperante GTR-1 Q9 Hybrid era capaz de desmagnetizar toda tarjeta de crédito que se encontrase en sus proximidades
Una vez terminado, el Panoz Esperante GTR-1 Q9 Hybrid fue entregado al equipo privado David Price Racing, que lo inscribió para las 24 horas de Le Mans de 1998. Durante la jornada de test, su rendimiento ya demostró estar muy por detrás de sus competidores, incluso de los Panoz Esperante GTR-1 sin hibridación. De hecho, no logró clasificarse para la carrera. Los 1088 kg que pesaba este vehículo lastraron su rendimiento, pero esto no impidió que Don Panoz continuara con el proyecto, al menos durante unos meses más.
Su siguiente participación en competición fue en el Petit Le Mans, precisamente creado por Don Panoz para ese mismo año de 1998. En esta carrera, el Panoz Esperante GTR-1 Q9 Hybrid logró la victoria en su clase, la LMGT1, con un duodécimo puesto en la clasificación absoluta. Parecía que la idea de introducir la tecnología híbrida en las carreras de resistencia obtenía al fin un buen resultado. Sin embargo, Don Panoz decidió abandonar el proyecto, una decisión motivada también por el mejor rendimiento de su versión sin parte eléctrica, el Panoz Esperante GTR-1, que consiguió finalizar octavo en la general de esa misma carrera.
El Panoz Esperante GTR-1 Q9 Hybrid, apodado “Sparky” por Don Panoz, fue un vehículo muy adelantado a su tiempo que, desgraciadamente, no obtuvo los resultados deseados. La tecnología híbrida por entonces no estaba tan desarrollada como ahora, y ni los fabricantes oficiales ni los organizadores de las carreras de resistencia estaban aún interesados en fomentar su adopción para los prototipos de competición. No sería hasta el año 2011 cuando el ACO instauró un reglamento que exigía contar con algún tipo de sistema eléctrico de recuperación de energía, una edición en la que vimos al primer ganador de las 24 horas de Le Mans con una solución de estas características, el Audi R18 TDI. Desde entonces, todos los prototipos ganadores de la carrera francesa han contado con un sistema híbrido de algún tipo, todos ellos herederos del olvidado Panoz Esperante GTR-1 Q9 Hybrid “Sparky”, el pionero.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS