El Audi RS4 B7, la segunda generación del RS4 y la tercera de la saga iniciada por el Audi RS2, rompió la tradición de ofrecer, únicamente, una versión con carrocería familiar especialmente rápida. De todas formas, quizá decir tradición sería mucho, porque en realidad, tras solo seis meses después de aparecer la primera entrega del RS4, apareció el Audi RS6 –la generación C5–, que se ofrecía con una carrocería sedán. De hecho, fue con el RS6 con el que se quiso abrir el abanico de posibilidades.
No obstante, la segunda generación del Audi RS4 fue un poco más allá, y sumó, además del sedán, una carrocería adicional: el descapotable. Así, con el Audi RS4 Cabrio, se ponía en circulación una tercera iteración del modelo que, quizá, podría considerarse la más pasional, por eso de no tener techo y generar las mayores sensaciones, pero que, al final, acabó como la opción menos vendida de las tres. No en balde, el RS4 Cabrio tenía como principal rival a nada menos que el BMW M3 e90, coche que llegó un año después con un motor y una potencia muy similares, pero con el característico toque de BMW ///M.
El Audi RS4 Cabrio no era el más deportivo del segmento, a pesar de su estampa y a pesar de su motor, y comparado con el M3, es lógico que se quedara atrás en cuanto a deportividad. El motor, un V8 de 4,2 litros atmosférico de 420 CV y 430 Nm de par, el mismo que equipada en resto de la gama RS4, estaba colocado muy adelantado y cargaba mucho peso por delante de las ruedas delanteras y eso, afectaba negativamente a su comportamiento y a la hora de afrontar curva a gran velocidad.
Por otro lado, el Audi RS4 Cabrio también era un coche más pesado, pues equipada la tracción total, que siempre suma peso y por supuesto, había que contar con los refuerzos del chasis para mantener la rigidez. El resultado fueron poco más de 1.800 kilos, una tara que no le impedía anunciar un 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y una velocidad máxima de 250 km/h limitada electrónicamente. Este peso adicional, permitía que la puesta a punto de las suspensiones fuera idéntica al resto de hermanos de gama –eran 195 kilos de diferencia–.
Lo mejor del Audi RS4 Cabrio era disfrutar en carreteras de montaña del espectacular sonido del V8 a altas revoluciones y olvidarse de que no se conducía el descapotable de cuatro plazas más deportivo, porque en carretera abierta, son cosas que para notarlas hay que ir demasiado pasado. Además, el techo de lona se abría en 21 segundos, lo que permitía ponerse el cielo por montera en muy poco tiempo y disfrutar de todas las sensaciones que ofrece un descapotable.
El Audi RS4 Cabrio fue la primera y también la última vez, que se ofreció un RS4 con carrocería descapotable. Es más, el Audi RS4 B7 fue el primero y también el último en ofrecer toda una gama de carrocerías y eso convierte a esta generación en la más peculiar y curiosa de todas. ¿Por qué se ofrecieron tantas opciones en la generación B7? Hay parece haber una historia interesante que contar.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS